29/06/2025
Sí, Zohran Mamdani. Pero también verano.
Hubo elecciones en Nueva York. Y no fueron cualquier elección. Zohran Mamdani, un socialista democrático de 33 años, musulmán nacido en Uganda, venció a Andrew Cuomo en la interna demócrata. En serio. Cuomo tenía estructura y millones. Mamdani tenía tiempo, ideas y veinte mil personas dispuestas a donar sesenta y dos dólares. Y ganó.
Todavía falta la general. Eric Adams sigue en carrera como independiente, para desgracia de esta ciudad y de este país y de este planeta y de este sistema solar, y Cuomo amenaza con volver. Pero por ahora hay algo que se movió. Algo que no parecía posible hace un mes. Y pasó. En Nueva York.
Y sin embargo hace calor. En los trenes, en los parques, en las cabezas. Hay algo en el aire que no es exactamente político. Es más lento. Más húmedo. Más de ponerse sandalias sin pensar en los impuestos a las grandes corporaciones. Más de buscar sombra antes que representación. Más de: toma tus 62 dólares, Mamdani, ahora déjame ir a ver ponerse el sol.
Hay una forma de esperanza que no pasa por las urnas. Pasa por una cerveza fría en Rockaway. Por un picnic improvisado en Fort Greene. Por el ruido de una radio portátil que alguien no apagó. Por el cuerpo que por fin puede estirarse.
Entonces sí, Zohran Mamdani. Pero también verano. Y no está mal que las dos cosas convivan. Que la posibilidad de cambiar la ciudad coexista con la de no hacer nada en absoluto. Que podamos pensar en transporte gratuito mientras dejamos pasar un tren.
Quizás no nos acordemos del discurso. Pero sí de la brisa. Y eso, también, es Nueva York.
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