16/10/2025
Cuando no sabes qué orar, el Salmo 4 se convierte en una guía viva para el alma cansada.
David, rodeado de angustia e incomprensión, no busca primero una solución, sino que se vuelve a Dios con honestidad, abriendo su corazón en medio de la noche. Este salmo nos enseña un camino espiritual que va del clamor, a la confianza, y finalmente al descanso.
David no oró porque se sentía fuerte, sino porque sabía que solo en el Señor hay seguridad verdadera. Y cada palabra que él pronuncia apunta a una realidad mayor: Cristo mismo, quien en Su noche más oscura —el Getsemaní— también oró con lágrimas, confiando plenamente en el Padre.
Este mensaje te invita a detenerte, a soltar lo que no puedes controlar y a aprender a descansar en la fidelidad de Dios.
Cuando el corazón está cansado, Cristo es nuestro descanso, nuestro refugio y nuestra paz.
� Mira este estudio y redescubre cómo orar en los momentos donde ya no quedan fuerzas, pero aún queda fe.