30/05/2025
🔥[ alabalo si puedes]
¿Por qué construimos altares invisibles falsos?
Porque hacemos cosas para Dios… sin dejar que Dios primero haga algo en nosotros.
🎯 Verdad sin anestesia:
Hay altares que se ven espirituales, pero son trampas disfrazadas de consagración.
Altares donde se ora, se sirve, se predica, se canta, se lidera…
Pero detrás hay una motivación impura, una herida no sanada, un hambre de aceptación o un intento desesperado de “ser alguien” dentro del Reino.
📌 No son altares de adoración… son estructuras de autoprotección disfrazadas de servicio.
📉 ¿Por qué edificamos altares falsos?
1️⃣ Porque queremos aprobación
Algunos oran… para ser aceptados por los líderes.
Otros sirven… para ser validados por la iglesia.
Otros publican contenido espiritual… para calmar su ansiedad de “no ser suficiente”.
📌 Pero la aprobación que necesitas no viene de los hombres.
Solo Cristo puede decirte quién eres realmente.
2️⃣ Porque buscamos sentirnos útiles
Hay personas que no soportan el silencio, el anonimato, la pausa.
Entonces llenan su vida de actividad espiritual… para no enfrentarse con su vacío interno.
Se llenan de tareas ministeriales, pero no se dejan llenar por el Espíritu.
📌 Y Dios no te llamó a ser útil. Te llamó a ser hijo.
La utilidad sin identidad es esclavitud disfrazada de celo.
3️⃣ Porque queremos evitar el rechazo
Algunos oran fuerte… para que no los vean débiles.
Otros se meten en cada reunión… para que no los olviden.
Otros siempre dan la palabra “más ungida”… para que nadie los cuestione.
📌 Pero si sirves a Dios para evitar el rechazo, aún estás sirviendo al miedo.
Y el miedo construye altares que parecen fe… pero son cárceles disfrazadas de compromiso.
4️⃣ Porque queremos controlar a Dios o a los demás
Algunos ayunan para torcerle el brazo a Dios.
Otros oran para obtener resultados… no relación.
Algunos ministran para tener poder sobre las personas… no para libertarlas.
📌 Eso no es altar. Eso es manipulación con biblia en mano.
Y Dios no bendice hechicería espiritual disfrazada de intercesión.
5️⃣ Porque aprendimos a hacer cosas… sin ser transformados
Hay generaciones que saben cómo “funciona la iglesia”.
Saben cuándo decir “gloria a Dios”, cómo profetizar, cómo predicar, cómo liderar…
Pero nunca se dejaron quebrar, purificar y reconstruir por Cristo.
📌 Un altar sin transformación interna… es teatro religioso.
Y Dios no aplaude actores. Él responde a hijos quebrantados.
😤 El cielo no se impresiona con actividad vacía
Cristo no se mueve por lo que haces…
Él se manifiesta cuando tu corazón está rendido.
📖 Mateo 15:8
“Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.”
💥 ¡Y eso es lo que muchos hacen hoy!
Cantan, sirven, lideran… pero sus corazones están edificando altares de necesidad humana, no de adoración genuina.
🧠 Comparación directa:
Un altar falso es como un maniquí:
Viste ropas espirituales.
Está en pie.
Tiene forma humana.
Pero no tiene vida.
📌 Tú puedes parecer vivo en lo espiritual… y aún estar mu**to por dentro si todo lo que haces nace del yo, y no de Cristo.
🧨 Frase impactante:
“Dios no bendice lo que haces… si lo hiciste para llenar lo que Él quiere sanar.”
📢 Cristo: el único fundamento legítimo
Cristo no edificó desde la necesidad… sino desde la obediencia.
Él no buscó aprobación, poder o aplausos.
Él sirvió por amor, por compasión, por rendición total.
Y antes de predicar… fue quebrantado.
Antes de sanar… fue humillado.
Antes de multiplicar… fue obediente hasta la cruz.
👉 Él es el único modelo legítimo de altar verdadero.
🧪 Autoevaluación profética:
Respóndete esto a solas con Dios:
¿Estoy haciendo cosas en el Reino por necesidad emocional?
¿Sirvo más cuando me siento inseguro?
¿Me molesta si no me reconocen?
¿Estoy evitando el silencio con actividad?
¿Mi altar está construido por Cristo… o por mis heridas no tratadas?
🙏 Oración final:
Señor Jesús…
No quiero construir más altares para esconder mis vacíos.
No quiero seguir edificando con la intención de llenar mi necesidad, mi herida, mi orgullo.
Hoy te entrego cada acto, cada servicio, cada oración…
y te pido: si no nació de Ti, derríbalo.
Purifica mi intención.
Haz de mí un altar real, donde solo Tú seas glorificado.
Destruye todo altar falso que yo haya levantado.
Y levanta en mí un altar encendido con fuego del cielo…
un altar nacido del amor, no del dolor.
En tu nombre, Jesús. Amén.