
08/10/2025
La selección chilena vivió una noche para el olvido tras ser goleada por 4 a 1 frente a México en los octavos de final del Mundial Sub-20 Chile 2025. El equipo nacional quedó fuera del torneo de manera contundente, dejando más dudas que certezas sobre el presente y futuro del fútbol juvenil.
Desde el inicio, el cuadro mexicano dominó con claridad. Mostró orden, presión alta y un juego ofensivo que desnudó todas las falencias de Chile: una defensa descoordinada, un mediocampo sin conexión y una delantera sin profundidad. La Roja nunca logró reaccionar ni encontrar un rumbo dentro del campo.
El equipo dirigido por Nicolás Córdova fue ampliamente superado en intensidad y lectura de juego. México aprovechó cada error chileno con precisión quirúrgica, mientras los nacionales se mostraron sin ideas ni liderazgo. La falta de carácter y de variantes tácticas terminó por sellar una de las derrotas más duras en la historia reciente de la categoría.
Las redes sociales estallaron en críticas hacia el rendimiento del plantel y la gestión del proceso juvenil. Muchos apuntan a la falta de planificación, continuidad y desarrollo formativo como las raíces de un fracaso que se veía venir.
Más allá del resultado, el 4-1 refleja una crisis estructural: una selección sin identidad futbolística ni proyección real, en un torneo que debía servir para mostrar crecimiento y trabajo a largo plazo.
Chile se despide de su Mundial con la cabeza gacha, en un cierre que duele y deja la obligación de replantear el modelo de formación y liderazgo técnico. No bastan las promesas ni los discursos: se necesita un proyecto serio, con visión y exigencia competitiva. Sin duda otro fracaso para la era Milad.