
24/05/2025
Volteadores: Fuerza, coraje y alma entre trozos y fierros
Antes de que los huinches eléctricos trajeran su ruido y comodidad, fueron los hombres de músculo y temple los que movieron el mundo de la madera.
Los volteadores. Hombres forjados en el frío, endurecidos por la nieve y la lluvia, que aprendieron a dominar a los gigantes del bosque solo con un madero, “el diablo”, y el peso de su propio cuerpo.
En los tiempos donde los troncos eran colosos recién arrancados del bosque nativo, existía una técnica que solo los más hábiles, los más valientes, podían ejecutar: “la vela”.
Con el diablo clavado en la entraña del tronco, el volteador se aferraba con fuerza al mango como si fuese una barra de ejercicios, alzaba su cuerpo al cielo, los pies rectos como una vela humana suspendida por pura fuerza y equilibrio.
Y entonces, cuando todo se detenía y el aire se volvía tenso, él y su compañero, en un acto perfectamente sincronizado, caían juntos, colgándose con todo el peso de sus cuerpos, y lograban que el enorme trozo se rindiera y girara, como si el mismo bosque reconociera su poder.
Era un espectáculo sin aplausos, pero lleno de gloria.
Sin grúas. Sin cables. Sin máquinas.
Solo maña, músculo y hermandad.
No había margen para el error. Cada movimiento podía ser el último. Pero lo hacían, día tras día, por deber, por orgullo, por sobrevivencia.
En esos aserraderos sin automatización, su precisión mantenía la vida en marcha. Ellos eran el ritmo del banco, la fuerza tras el corte, la raíz silenciosa de todo un pueblo maderero.
Hoy, sus nombres no figuran en los libros. No hay placas ni estatuas.
Pero su historia sigue viva en cada grano de aserrín, en cada madera cortada, en el susurro de quienes aún recuerdan.
Radio Nativa FM, con el alma llena de respeto, honra el esfuerzo de esos hombres que no solo movieron madera… movieron la historia misma.
Volteadores de Neltume y tantas otras tierras del sur: ustedes no giraban trozos, giraban el destino de una comunidad.
Gracias por su dignidad. Gracias por su coraje. Gracias por su legado.
Radio Nativa FM, la frecuencia natural, saluda su memoria con el corazón en alto.