05/04/2024
“Espuelas que vas cantando�y que en el tacón del huaso�por los campos de mi Patria�tienen sabor a tonada,�hoy que a pesar de mis años�tu vibración me entusiasma,�cántame, cántame, cántame�la canción de tus rodajas.
Espuelas que al roto heroico�le ilumináis la jornada�con dos estrellas de acero�sobre el pihuelo de plata,�vosotras, como las penas�en los ijares del alma,�encabritáis a la bestia�cuando la bestia se cansa...
Espuelas de bandolero�que hirviente de amor y audacia�atraviesa los caminos�con la mujer en el anca;�y que va a exponer su vida�en cualquiera encrucijada�llevando por todo escudo�la caja de su guitarra.
Espuelas del Chile viejo�que son la historia que canta;�las del huaso caballero�que es tradición de la raza,�humilde con los humildes�y soberbio si hace falta...�¡ese que se echa su hombría�como un chamanto a la espalda!
Y aquéllas del guerrillero�cuya canción sin palabras�hablaba de Independencia,�de Libertad y esperanzas,�y que las tapias floridas�bajo la luna de plata�solían hablar de amor�cuando no hablaban de Patria...
¡Espuelas evocadoras�de tanta cosa lejana:�los potreros con rocío�y las alamedas largas!�Y ese olor a vacaciones,�a trébol y agüita clara...�¡Y el beso que se pedía�y el que sin pedir se daba!
¡Ay!, espuela de mi tierra,�genuina voz de la raza,�cuando mis ojos se cierran�bajo este sol de mi Patria,�quiero morir escuchando�la canción de tus rodajas!!!”
Poema “Espuelas” de Ignacio Verdugo Cavada