02/02/2025
Para mí Kiki, mi compañera de vida
Hace doce años, el destino nos cruzó cuando más nos necesitábamos. Te encontré en aquel lavamanos en el lugar que trabajaba, protegiendo a tus crías, y sin saberlo intenté ayudarte, en ese momento también me salvaste a mí. Desde entonces, recorrimos juntos un camino lleno de amor, travesuras y silencios compartidos.
Siempre fuiste más que una gatita, fuiste mi familia. En cada etapa de mi vida, ahí estabas, con tu presencia tranquila, con esa forma tan única de dormir igual que yo, de seguirme a donde fuera, de recordarme que el hogar no es un lugar, sino quienes lo habitan. Cuando nos fuimos a vivir juntos, nuestro vínculo se hizo más fuerte. Fueron noches de compañía, días de risas y momentos que ahora se han convertido en los recuerdos más valiosos que tengo.
Me duele tu ausencia, el silencio pesa y cada rincón de la casa me habla de ti. Pero sé que te di todo el amor que pude y que, hasta el último momento, supiste cuánto significabas para mí. No fue fácil despedirte, porque nunca se está listo para dejar ir a quienes amamos. Pero lo hice con el corazón lleno de gratitud por cada día que compartimos.
Descansa, mi niña hermosa. Donde sea que estés, sé que nos volveremos a encontrar y me acompañarás a ver más series y cosas tontas que veo ❤️.
Para quienes me han acompañado en este dolor
Gracias. No hay palabras suficientes para expresar cuánto han significado sus mensajes, su apoyo y su compañía en este momento tan difícil. La pérdida de Kiki ha sido uno de los golpes más duros que he vivido, pero saber que no estoy solo en este duelo ha sido un consuelo inmenso.
El amor que compartimos con nuestras mascotas es único, y despedirlas deja un vacío enorme. Pero también deja una huella imborrable, un legado de amor que nos recuerda que valió la pena cada segundo a su lado.
Gracias por estar conmigo.