13/08/2025
No basta con dar amor: la autoridad también es parte del cuidado.
En la crianza, las reglas no son simples normas, son el mapa que guía al adolescente hacia la responsabilidad.
📚 En psicología del desarrollo, quien establece las reglas se convierte en la figura de referencia. Si no eres tú, tu voz pierde fuerza y tu influencia se diluye.
Cuando otro adulto —aunque sea la abuela— decide qué se permite y qué no, tu rol parental queda reducido a espectador. Y un padre o madre que observa en silencio, educa en silencio… y ese silencio se siente como ausencia.
La ausencia emocional de los padres deja una herida que acompaña a los hijos toda la vida.
Ejemplo real:
Diego vivía con su madre, pero pasaba las tardes en casa de su abuela. Allí podía comer lo que quisiera, salir sin avisar y saltarse las tareas.
Cuando su madre intentaba poner un horario de llegada, él respondía:
"En lo de la abuela no hay horario, así que yo decido."
El problema no era solo la permisividad de la abuela… sino que la madre nunca defendió sus reglas frente a ella.
Consejo práctico:
Las normas que pongas deben cumplirse en todos los espacios donde tu hijo pase tiempo.
Habla con la abuela (o con quien lo cuide) y acuerden normas comunes:
🗣️ "Mamá, si en tu casa hay más libertad, me cuesta enseñarle lo que necesita para la vida. Necesito que sigamos las mismas reglas para que él no se confunda."
La coherencia es más poderosa que cualquier autoridad aislada.
Quien pone las reglas… es quien forma el carácter.
Si no eres tú, no estás criando: estás dejando que otro defina el tipo de adulto que tu hijo será.
Y cuando quieras cambiarlo, puede que ya sea demasiado tarde.