
12/05/2025
Hoy no quiero hablar solo de mí como madre, sino de los dos grandes amores que definen mi historia en mi rol favorito: mi hija y mi mamá.
Sharik, mi motor y mi espejo. Dicen que te pareces a mí y la verdad es que tenemos muchas cosas similares, pero no me recuerdo tan maravillosa como eres a tu edad. Llegaste para hacer mi mente más flexible. Para enseñarme a avanzar con miedo. Y especialmente, para hacerme querer vivir por siempre y regalarme sonrisas a cada instante.
Siempre me presento como tu mamá, diciendo con orgullo que eres una pequeña terrorista de tantos años de edad. Contigo entendí ntendí que la maternidad no limita sueños, los transforma. Que hablar de enfoque de género no es teoría, es urgente, porque las mujeres aún cargamos con expectativas invisibles que condicionan nuestras decisiones. Hoy yo trabajo muy duro para que tú no tengas que elegir entre ser madre o profesional. Para que crezcas libre, segura y con las puertas abiertas.
Y a ti, mamá, gracias infintias. No estuviste los primeros tres años de mi maternidad y me cuestioné mucho haber emigrado y no tenerte a mi lado, pero desde que llegaste, todo parece un poco más posible y más amable. Eres mi mano derecha, mi red, mi cable a tierra. De ti aprendí todas esas lecciones de empoderamiento y de emprendimiento que no pedí, pero que hoy me sostienen y me impulsana avanzar.
Mi amor por ti se maximizó desde que soy madre, porque entendí en carne propia lo que implica criar, sostener y amar a pesar de todo. Siempre querré ser tu hija y bendigo el acuerdo de almas que tenemos para habernos encontrado en esta vida.
Las amo. Ustedes han transformado mi vida completamente y me pido a Dios poder recordarlas siempre ❤️.
Hoy celebro también a las mujeres que cuidan, sueñan, trabajan y construyen futuro con amor. A quienes impulsan a otras. A quienes no se rinden. Y con mucha admiración.
Feliz Día de la Madre. Tarde, pero seguro. Finalmente, nuestra tarea es todos los días.