
24/06/2025
Nueva columna:
Hacerse hombre en tiempos de guerra
Por una vida sin violencia, por masculinidades fuera del campo de batalla.
"Tanto si combate en Croacia como en Bosnia, Serbia, Indochina o Uzbekistán, tanto si lucha por una fuerza de liberación como por una imperialista, el soldado viola mujeres. Lo siente en su cabeza, en su fusil y en su miembro viril: eso es justamente a lo que le incita la civilización....
Y más que por ser una “recreación” del guerrero, lo que le mueve es la afirmación de su propio poder y la satisfacción de ser un hombre de verdad."
Lepa Mladjenovic
Otra vez se habla de guerra. Redes sociales llenas de memes, noticieros repitiendo amenazas, gobiernos cruzando declaraciones. Se vuelve rutina ver cuerpos mu***os, ciudades destruidas, y decisiones tomadas por unos pocos en nombre de “la paz”. Desde nuestros celulares, presenciamos la destrucción como si fuera parte del paisaje digital.
Pero, más allá de las bombas y los misiles, ¿qué tiene que ver todo esto con la forma en que nos enseñaron a hacernos hombres?
Mucho. Porque la guerra no es solo lo que vemos en los medios. Es una forma de organizar la vida. Y en esa organización, los hombres hemos sido formateados para responder a una lógica de violencia, control y dominio. Aquí van tres ideas para abrir el debate:
1. El “hombre civilizado” se entrena para la guerra.
Desde los imperios hasta los Estados modernos, la guerra ha sido su forma de gobierno. Y en ese modelo, los hombres somos soldados, policías, carabineros, guardianes del orden. Nos dicen que esa es la forma de vivir “en sociedad”: obedecer, escalar jerarquías, acatar órdenes, imponer obediencia. ¿El costo? Un país donde se justifica que las fuerzas armadas se tomen el Wallmapu y lo militaricen con leyes de excepción, donde se golpea y mutila a jóvenes por protestar (Estallido social 2019), donde el uniforme da permiso para humillar y matar (como el as*****to de jóvenes pobres en Antuco el 2005 y Putre 2024).
(sigue en comentarios)