10/06/2025
LA VERDADERA CARA DEL TIRANO, ENTRE LA REPRESIÓN Y EL NARCOTRÁFICO
La degradación ética que marcó los cimientos de la dictadura militar de Augusto Pinochet es un hecho innegable. Lejos de la imagen de un régimen "ordenado" y "moralista" que algunos sectores intentan preservar, la verdad es que bajo el yugo del tirano no solo se violaron sistemáticamente los derechos humanos, sino que también se tejieron extensas y lucrativas redes de narcotráfico que financiaron la represión y enriquecieron a la cúpula y a la propia familia Pinochet.
Los vínculos entre la dictadura y el crimen organizado son innegables y vergonzosos.
El exgeneral Manuel Contreras, director de la temida DINA y luego de la CNI, no dudó en señalar directamente a Pinochet y sus aparatos de seguridad como involucrados en el tráfico de dr**as, presuntamente para financiar operaciones clandestinas y engrosar los bolsillos de los privilegiados del régimen.
Las acusaciones de Contreras, figura clave en la represión, no solo son un testimonio, sino una confesión que destapa la complicidad criminal del poder.
Una Operación de Narcotráfico con Sello Militar
La investigación ha revelado detalles perturbadores, como el desarrollo de la ominosa "co***na negra" por parte del bioquímico Eugenio Berríos, vinculado al Ejército.
Más allá de la invención de esta droga, lo que resulta más alarmante es el uso descarado de la infraestructura militar del Estado chileno para la producción y comercialización de sustancias ilícitas.
Las Fábricas y Maestranzas del Ejército (FAMAE) y el Complejo Químico del Ejército en Talagante, supuestamente guardianes de la seguridad nacional, se convirtieron en centros de producción y distribución.
Existen registros irrefutables que documentan la venta sin control de precursores químicos, como 20 mil litros de éter, desde estas instalaciones del Ejército a narcotraficantes en la década de los 80. Esto no es negligencia, es complicidad criminal al más alto nivel.
La Red de la Corrupción: De La Moneda al Crimen Organizado Global
La corrupción y el ansia de poder del régimen de Pinochet trascendieron las fronteras.
Investigaciones serias sugieren vuelos desde Chile con cargamentos de co***na disimulados en envíos de armas hacia Irán e Irak, lo que demuestra una participación activa y coordinada en el tráfico global.
Esta red conectaba directamente con figuras de alto perfil en el crimen organizado internacional, como el conocido traficante de armas y dr**as Monzer Al Kassar, y el chileno Edgardo Bathich, quien mantenía estrechas relaciones con el círculo más cercano de Pinochet y sus hijos.
La propia DEA (Administración de Control de Dr**as de EE. UU.) habría alertado sobre estos nefastos nexos, lo que desmiente cualquier intento de la dictadura de presentarse como un baluarte contra la delincuencia.
La Sombra de la Familia Pinochet: Narcodólares y Suciedad
La imagen impoluta que la dictadura y sus defensores intentaron construir se desmorona al examinar los vínculos directos de la propia familia del tirano con el narcotráfico.
Exhaustivos reportajes han documentado la relación de los Pinochet Hiriart, especialmente de Marco Antonio Pinochet, con narcotraficantes y negocios ilícitos.
Las conexiones con Edgardo Bathich y un grupo que operaba en el oscuro mundo del tráfico de dr**as y armas, manchan de forma indeleble el legado de una dictadura que se vendió como garante del orden.
La Hipocresía de los "Defensores" del Orden
Aunque Augusto Pinochet falleció sin ser condenado por estos crímenes que no lograron ocultar del todo, la abundante información disponible –incluyendo testimonios de exmilitares, documentos judiciales y policiales desclasificados de la PDI chilena y la DEA– ha consolidado la percepción de que el régimen autoritario no solo oprimió a su propio pueblo con sangre y fuego, sino que también se sumergió en las turbias aguas del crimen organizado para su propio beneficio y sostenimiento.
Es hora de que aquellos sectores de la derecha chilena que, aún hoy, defienden el legado de la dictadura y ensalzan la figura del tirano, se miren al espejo.
Quienes hicieron la vista gorda ante esta degradación ética, quienes justificaron la violación de derechos humanos en nombre de un supuesto "orden", y que hoy pretenden dar cátedra sobre seguridad y lucha contra las dr**as, deben enfrentar la incómoda verdad: su ídolo fue un tirano que gobernó de la mano de narcotraficantes y su propia familia se benefició de ello.
Su discurso de "mano dura" contra el narcotráfico carece de toda autoridad moral cuando la historia revela que la dictadura que apoyaron no solo toleró, sino que activamente participó en este flagelo.
Es hora de dejar de lado la doble moral y reconocer que la dictadura fue una máquina de muerte, represión y corrupción, que sembró las bases de muchos de los problemas que Chile enfrenta hoy.
✍🏾Por Max Gajardo Para
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