16/07/2025
Emergencias anunciadas: la costumbre de ignorar el riesgo
Una vez más, el Quindío aparece en los titulares por una tragedia evitable. Esta vez, en Quebrada Negra, corregimiento de Calarcá, donde 30 viviendas improvisadas fueron arrasadas por el fuego, dejando a más de 20 familias en la calle. Las causas se investigan, pero las razones de fondo están a la vista de todos… y de nadie al mismo tiempo.
Porque aquí el problema no es solo el incendio. El problema es la ausencia crónica de control urbano, la mirada cómplice o indiferente ante la proliferación de asentamientos subnormales, y la falta de respuestas reales para las familias que, en medio de la necesidad, terminan viviendo al borde del abismo… o de las llamas.
¿Qué más tiene que pasar para que entendamos que las tragedias no se evitan con comunicados ni con promesas después de la emergencia? ¿Cuántas veces más vamos a asistir, como espectadores y autoridades, a la repetición de la misma historia en diferentes escenarios?
Hoy fue QuebradaNegra. Mañana será otra vereda, otro barrio, otra ladera en Calarcá, en Armenia o en cualquier municipio, porque ninguno se escapa de las invasiones y la falta de control. Y seguiremos lamentando vidas y hogares perdidos, hasta que entendamos que el problema de fondo no es solo la pobreza, sino la falta de planificación, de alternativas reales y de una política seria de gestión del riesgo y vivienda digna.
Las emergencias, en el Quindío, dejaron de ser sorpresa. Lo triste es que también dejaron de ser prioridad.