19/10/2025
“El Quindío, entre la música del despecho, reinados y el silencio cultural”
Mientras el mapa turístico del Quindío se pinta con cafetales y paisajes, hay una geografía fantasmal inexistente: la ausencia de teatros, salas de música y museos públicos: ¿dónde están los escenarios culturales? Su ausencia no es una mera anécdota; es una limitación estructural que cercena el confort ciudadano y empobrece la vida comunitaria, condenando a los habitantes a un horizonte de opciones limitadas.
Se crea un fatal hábito y costumbre, en el que los gobiernos desatienden la inversión en programación cultural constante, atractiva y de libre acceso, provocando un empobrecimiento cultural deliberado, causando fuga de talentos, cohesión social debilitada y pérdida de espacios cruciales para forjar una identidad colectiva y un pensamiento crítico.
Este vacío es llenado, con notable ironía, por eventos de música popular del despecho, financiados con recursos públicos y complementado por reinados de belleza; ambos banales con un alto estímulo para el consumo del licor y alucinógenos, paradójico que nuestros pueblos y universidades conmemoren sus fiestas principalmente de esta manera, obviando o reduciendo a la mínima expresión la realización de festivales culturales, musicales, deportivos al igual que congresos académicos y científicos, alternativas de recreación y deleite.
Esta dinámica perversa de acudir solo a la inversión en reinados y eventos del “Chupe, chupe” resta oportunidades a las nuevas generaciones y prioriza el entretenimiento efímero sobre el desarrollo cultural profundo.
La ironía llega a su clímax en el escrutinio del gasto público: concejales y alcaldes destinan millones sin cuestionamientos a figuras del reguetón o famosos cantantes populares, mientras que un modesto festival de danza o un encuentro académico son sometidos a un microscopio fiscalizador por parte de Contraloría y Procuraduría, exigiéndoles justificaciones y evidencias exageradas para lo que consideran un gasto “sospechoso”.
La ausencia de lugares donde la cultura pueda manifestarse, palpitar y desafiar el status quo, genera que la sociedad quindiana pierda vitalidad.