Vittorio Márquez, el loco del zapato

Vittorio Márquez, el loco del zapato Historias de los mejores jugadores del equipo Junior de Barranquilla.

Inició del libro: "Junior: 100 años de paridera""Micaela: la mandamás del junior"Eran las once de la mañana del 7 de ago...
08/07/2025

Inició del libro: "Junior: 100 años de paridera"

"Micaela: la mandamás del junior"

Eran las once de la mañana del 7 de agosto de 1924. Micaela Lavalle de Mejía esperaba en la fila frente a la taquilla, vestida con un traje largo estampado de flores que reflejaba su estilo personal. Sujetaba con impaciencia los recibos de renta por valor de $1.50 que debía pagar por la colmena de verduras y frutas que compartía con su esposo, Juan Mejía. En el puesto de verduras y frutas que regentaban en la plaza Ujueta, Juan se encargaba de seleccionar los mejores productos para ofrecer a sus clientes, mientras Micaela se ocupaba de las gestiones administrativas. La pareja trabajaba junta para sacar adelante su negocio y asegurar un futuro próspero para su familia.

Su objetivo era pagar el puesto a tiempo y luego asistir a la reunión con el equipo 'Juventud' en su casa. Mientras tanto, en el hogar familiar, ubicado en la carrera 32, conocida como Buen Retiro, en la esquina con la calle de las Vacas, hoy llamada calle 30, una escena histórica se desarrollaba. La casa de ladrillo estaba rodeada de árboles que envolvían el lugar en un ambiente sereno.

Un grupo de jóvenes se reunía frente a la casa de los Mejía Lavalle. Víctor Núñez, Efraín Morales, Víctor Bovea, 'Espada' Yepes, Aurelio Roa, Simeón Manjarrez y Enrique Lamadrid esperaban con emoción. La vivienda de Micaela Lavalle de Mejía se convirtió en el epicentro donde estaba por surgir una nueva era para el fútbol local, llena de promesas y sueños por cumplir.

En aquella época, Barranquilla se dividía en dos barrios: Abajo y Arriba. Abajo era la cuna del béisbol, donde la pasión por este deporte se consolidaba en cada esquina, en cada campo improvisado y en cada lanzamiento. En contraste, Arriba era un semillero de fútbol, donde los niños jugaban con pelotas de trapo, creando sus propias reglas y estilo de juegos. Para los arribeños, una pelota de trapo atada al ombligo era más que un simple juguete; era un símbolo de nacimiento, un presagio de su dedicación futura al fútbol, un deporte que les daría identidad y pasión para toda la vida.

En el estadio Moderno, los jóvenes dieron sus primeros pasos en el fútbol, aprendiendo dar pases y tiros al arco, creando una tradición que perduraría en el tiempo. La rivalidad entre Abajo y Arriba se convirtió en símbolo de pasión y deportividad, escribiendo capítulos importantes en la historia del fútbol en Barranquilla, y dejando un legado que sigue vivo en la ciudad.

En la escena futbolística de Barranquilla, el equipo 'Juventud' dominaba, con su trayectoria intachable, acumulando trofeos y reconocimientos. Sin embargo, detrás de ese éxito había un problema latente: jóvenes talentosos no encontraban oportunidades para jugar en el equipo. Frustrados por la falta de minutos en la cancha, decidieron tomar cartas en el asunto y crear su propio equipo, donde pudieran demostrar su habilidad y pasión por el fútbol.

Conscientes de la importancia del momento, los hermanos Gabriel y Juan Mejía tomaron la iniciativa y se dirigieron al callejón en busca de bancos de madera. Querían que los jóvenes futbolistas tuvieran donde sentarse, gesto que reflejó su lado práctico y su disposición a ayudar.

Con paso apresurado, se dirigieron hacia palo de mango, cuyas ramas cargadas de frutos rozaban el cielo. Se sentaron allí, envueltos en el aroma a mango y tierra, a esperar el regreso de Micaela del mercado. El sol se filtraba a través de las hojas, creando un juego de luces y sombras en el suelo, mientras ellos se acomodaban en el banco, listos para charlar.

Minutos después, la casa de los Mejía se convirtió en un hervidero de jóvenes apasionados. Vicente Cervera, Rosendo Barrios y Valerio Molinares se unieron al grupo inicial, compartiendo sus ideas y sueños. La emoción creció cuando se sumaron Héctor Donado, Leovigildo Rolong, Alberto de las Salas, Armando Moya y Agustín Consuegra. Todos estaban a la expectativa por ver qué pasaría a continuación. En ese momento, llegó Nicolás Pineda, con sus zapatos rotos, pero irradiando una sonrisa y determinación que cautivaron al grupo. Su llegada marcó el punto de inflexión definitivo. El grupo estaba completo y listo para iniciar una nueva era en el fútbol barranquillero, llena de ilusión y trabajo en equipo.

Al mediodía, Micaela, llegó en coche a la casa. Juan se apresuró a abrirle la puerta con una sonrisa cálida que iluminó su rostro. Micaela salió del vehículo, con su vestido floral ondeando suavemente en la brisa y dejando sus hombros al descubierto. La luz del sol iluminaba su rostro y potenciaba su sonrisa radiante, haciendo que sus ojos brillaran como diamantes. Con movimientos precisos y elegantes, extrajo el dinero de su cartera y pagó la carrera al chofer con un gesto generoso. Mientras el chofer se alejaba, Micaela se volvió hacia Juan y le dedico una sonrisa suave, que Juan devolvió con una mirada cálida y acogedora.

La escena reflejaba la época, donde feminidad y fortaleza se fusionaban en Micaela. Su llegada marcó un momento clave en la reunión de jóvenes futbolistas que la esperaban con entusiasmo.

Néstor García y Francisco Ibáñez descargaban las bolsas del vehículo de inmediato. Con movimientos rápidos, bajaron dos bolsas grandes cuyo contenido parecía pesado.

La eficiencia y rapidez con que actuaron los muchachos revelaban su disposición a ayudar y su respeto por Micaela. Las bolsas contenían provisiones y otros artículos que parecían destinados contener a una celebración o evento especial.

Con cuarenta y dos años, Micaela Lavalle revive su luna de miel con Juan Mejía, recordando los momentos que forjaron su amor a pesar de los desafíos superados. Juntos, levantaron un imperio en el mercado público gracias a su esfuerzo y dedicación. Su mayor orgullo era su familia compuesta: por ocho hijos, Víctor, Marcos, Gabriel y Juan, Encarnación, Lilia, Elida y Carmen, a quienes les inculcó valores y principios solidos que guiaban sus pasos en sus vidas. Así nació 'Juventud Junior', un equipo formado por jugadores relegados del conjunto principal…

06/07/2025
06/07/2025

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