26/01/2025
Los bardos: cantando historias que nadie quiere que sus padres escuchen
En la , los y no solo eran músicos o poetas, eran también los portadores de secretos, chismes y deseos ocultos. Con sus laúdes y voces encantadoras, recorrían castillos, tabernas y plazas cantando historias que muchas veces llevaban más picante que un banquete de especias.
Aunque en apariencia sus canciones hablaban de caballeros valientes y damiselas en peligro, el público sabía que esos versos escondían mensajes mucho más atrevidos. ¿"Una doncella que espera a su amor bajo la luna"? Quizás se referían a la hija del panadero y sus escapadas nocturnas. ¿"Un caballero que cae rendido ante el peso de su lanza"? Nadie dudaba que había un doble sentido que hacía sonrojar a más de uno.
Los bardos eran expertos en caminar en la delgada línea entre el arte y el escándalo. En las cortes, sus canciones halagaban a los reyes, pero en los rincones oscuros, componían versos sobre los amores prohibidos de la nobleza. Y en las tabernas, cuando el vino comenzaba a correr, no había límite para los chistes verdes y las baladas más subidas de tono.
Así, los bardos eran los cronistas no oficiales de la Edad Media: cantaban lo que todos pensaban, pero nadie se atrevía a decir. En cada verso se escondía una verdad incómoda, y en cada melodía, un secreto que podía cambiar un reino… o romper un matrimonio