30/11/2025
Mujer pierde la vid4 en medio de una riña !
la partida de una joven madre: dos niñas quedan en un futuro incierto
el municipio de Magangué, Bolívar, tras la violenta muerte de Olga María García Díaz, una joven de apenas 21 años, reconocida en su barrio por su sencillez y por el amor que sentía por sus dos pequeñas hijas.
El hecho ocurrió en un establecimiento del sector El Milagro, donde Olga se encontraba compartiendo un momento familiar. Según versiones en medio de una confusión dentro del lugar se habría presentado un altercado que, en cuestión de segundos, terminó de la manera más trágica: una herida con arma blanca que acabaría con su vida, pese a los intentos por auxiliarla.
Hoy, dos niñas de 7 y 5 años quedan sin el abrazo de su madre, sin su voz, sin su protección. Una de ellas estaba a punto de graduarse este 4 de diciembre, una fecha que ahora quedará marcada por la ausencia más dolorosa: la de quien le dio la vida.
La familia vive no solo el duelo, sino también la incertidumbre:
¿Quién protegerá ahora a estas pequeñas?
¿Quién velará por su futuro?
¿Dónde encontrarán el calor y la seguridad que toda niña necesita?
Este caso se encuentra en materia de investigación, y será la justicia quien determine qué ocurrió realmente y bajo qué circunstancias. Hoy no se trata de señalar, ni de especular. Hoy se trata de reflexionar.
Porque a veces un solo error, un momento de ira, un segundo de descontrol… puede costar una vida entera.
Y detrás de cada vida perdida hay hijos, hay familia, hay sueños que se apagan.
Este es un llamado respetuoso pero firme, especialmente a las mujeres, a las madres, a quienes tienen hijos esperando en casa: pensemos antes de actuar. Nuestros actos no solo nos afectan a nosotras, también pueden destruir el futuro de seres inocentes que nos necesitan.
Olga soñaba con salir adelante. Tenía planes de viajar a Bogotá para estudiar, trabajar y brindarles una vida mejor a sus hijas. Esos sueños hoy quedaron suspendidos en el tiempo… pero sus niñas siguen aquí, esperando por un mañana más justo, más humano, más solidario.
La familia, además del inmenso dolor, enfrenta dificultades económicas para brindarle una despedida digna. Cualquier gesto de apoyo es una luz en medio de tanta oscuridad.
Hoy Magangué no solo llora una muerte…
llora una madre, una hija, una mujer, y un futuro que quedó inconcluso.
Que esta tragedia no pase como una más.
Que nos enseñe.
Que nos despierte.
Que nos haga más humanos.