
01/07/2025
La gente de bien, está muy mal 🙈
😱 Se casó con su tío y fue primera dama: el escándalo que resurge tras la muerte de Nydia Quintero
Colombia tiene memoria corta, pero la muerte de Nydia Quintero de Turbay a sus 93 años acaba de revivir uno de los secretos mejor maquillados de la élite política: se casó con su propio tío, Julio César Turbay Ayala, cuando apenas tenía 17 años… ¡y la Iglesia Católica lo permitió!
Turbay, 15 años mayor y hermano de su madre, ya era un político en ascenso del Partido Liberal cuando decidió tomar como esposa a su sobrina adolescente. Un caso que hoy sería escándalo judicial, indignación nacional y condena social, fue simplemente “bendecido” por la religión, aceptado por las élites y silenciado por los medios.
📍Una menor de edad. Un tío. Una iglesia. Un país que calla.
¿Te suena a novela oscura? No. Es la historia real de una de las familias más influyentes de Colombia.
Décadas después, Julio César Turbay llegó a la Presidencia (1978–1982) y Nydia se convirtió en primera dama. Fundó la famosa "Solidaridad por Colombia" y sonreía en televisión mientras el país era sometido al Estatuto de Seguridad, un régimen de represión y miedo.
¿Y sabes qué ocurrió durante ese “gobierno de orden”?
Más de 12.000 detenciones arbitrarias.
Cientos de casos de tortura y desaparición.
Estudiantes, sindicalistas y campesinos perseguidos por pensar distinto.
Allanamientos a universidades como si fueran cuarteles enemigos.
Y mientras el pueblo era golpeado por el garrote del Estado, Nydia era el rostro de la "solidaridad". La cara amable del terror. La pantalla maternal de un régimen brutal.
Ahora, tras su fallecimiento, muchos medios la recuerdan como una filántropa intachable. Pero pocos mencionan el matrimonio incestuoso, ni el hecho de que su figura sirvió para legitimar el miedo como política de Estado.
Y justo antes de su muerte, su nieto, Miguel Uribe Turbay, fue víctima de un atentado. Recibió un disparo en la cabeza, aunque aún hay dudas en la opinión pública sobre si fue bala real o bala de goma. Está hospitalizado en cuidados intensivos en la clínica Santa Fe, entre versiones confusas y especulaciones.
Lo cierto es que Miguel representa la idea de que en Colombia el poder se hereda como un título nobiliario. Quería ser presidente —no por ideas, no por lucha social— sino por llevar el apellido Turbay, como si eso bastara en un país donde las mismas familias gobiernan por generaciones.
Esta historia no es un simple relato familiar. Es el retrato de un país donde el incesto se bendice, la represión se maquilla de filantropía y el poder se transmite por sangre como en una monarquía feudal.
Hablar de esto no es irrespetar la memoria de Nydia Quintero. Es romper el pacto de silencio que protege a los poderosos. Porque si no contamos todo, seguimos criando generaciones en la mentira.