13/08/2025
“Algunas historias no se cuentan para ser virales… se cuentan para no olvidarlas.”
Hace más de 30 años, el fuego dejó una cicatriz en su piel.
Este año, el miedo casi deja una cicatriz en mi alma.
Pasaron 7 meses sin tatuar sobre una cicatriz.
Me sentía inseguro, dudando de mi talento, cuestionando si debía seguir.
La autoestima se me escapaba de las manos.
Tuve que frenar, buscar ayuda, entrar en terapia.
Dejar de fumar luego de 15 años, cuidar mi cuerpo, mi tiempo y mi espíritu.
Y poco a poco, reencontrarme con lo que amo.
Entonces llegó este proyecto.
Un reto técnico… pero sobre todo, espiritual.
Tres días de trabajo, paciencia y entrega.
Tres días en los que, mientras transformaba su piel, él transformaba mi corazón.
Mi cliente me compartió un mensaje de Dios que me estremeció.
Ese momento me enseñó que las personas no me buscan solo por lo que hago…
Sino por quién soy y por el amor que pongo en cada proyecto.
Escribo esto para recordármelo cuando me sienta lejos de Dios o crea que estoy perdiendo el rumbo.
Para saber que, así como esta piel encontró un nuevo comienzo, yo también puedo renacer cada vez que me pierda.
Porque el arte no solo transforma la piel…
También transforma el alma. 🖤