
27/06/2025
La mujer que insiste en llevar los pantalones en la casa suele estar desesperada por encontrar un lugar donde ponerse la falda. ¿Por qué? Porque el dominio no le da paz, solo le confirma que está sola emocionalmente. Se impone, grita, controla… pero por dentro anhela un espacio donde soltar ese peso y sentirse protegida. El problema es que, al emascular al hombre, destruye justo al único que podría ofrecerle ese refugio. Se convierte en el líder que no respeta, en la figura que luego rechaza. Quiere un rey, pero lo trata como súbdito. Al final, el hogar que controla no la llena. Porque ser fuerte no significa mandar… a veces, solo quiere ser abrazada, pero ya no hay quién lo haga.