30/10/2025
SALMO 30: " A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado" Este salmo describe una profunda relación directa padre-hijo, y es un encuentro además íntimo; el rey David nombra por diez veces a Dios, Él es su interlocutor y le pide que se mueva rápidamente en su ayuda; al inicio es una doble oración que inicia como súplica de un acusado inocente, o como en el caso de David, un expuesto a la persecución que ha sido excluido de la comunidad, y convertido en un espanto para sus conocidos: "Tu, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven a prisa a librarme, se la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve."
Este salmo tiene tres secciones y en la segunda sección vuelve la dulce oración de intimidad del huésped de Yahveh: "Yo confío en Ti, Señor, te digo: "Tú eres mi Dios." En tu mano esta mi destino: ¡líbrame de mis enemigos que me persiguen; ¡haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia!"
Nosotros en nuestra oración eucarística hacemos un hacemos un eco a la primera lectura del leccionario con lo que llamamos el salmo responsorial y en este salmo 30 es: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu."
En varios salmos la suplica del orante implica prontitud a su apuro: "Ven a prisa a librarme, se la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve. Por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo". y en esta ocasión es la oración de Jesus en la cruz: "En tus manos encomiendo mi espíritu: Tu, el Dios leal, me libraras."
Es obvio que la relación del rey David con su Amado Dios lo lleva a una posición de valor y fortaleza es también la misma oración de Josué.
En la oración el lenguaje corporal que usamos es de importancia y así como usamos un lenguaje coloquial con amigos, el rey David lo uso con Yahve e implica una comunicación confiada, personalizada y de total abandono; así también como en una pareja que se han comunicado por mucho tiempo y basta entonces una sola mirada y ya lo dicen todo sin necesidad de palabras: "Inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme".
Este es el salmo que usamos al inicio del día: "¡Dios mío, ven en mi auxilio! ¡Señor, date prisa en socorrerme! La familiaridad implica confianza, seguridad en la ayuda rápida y eficaz.
En una ocasión mientras nadaba en las aguas del lago Lanier, Ga. estuve a punto de ahogarme y grité a nuestro Dios y su ayuda me llegó inmediatamente. Y es que en una situación de emergencia el tiempo está en la esencia misma y cada segundo cuenta para la salvación del doliente y más cuando el agua ya ha llegado pasando el cuello.
Y termina el salmo animando a toda una comunidad orante: "Sed fuertes y valientes de corazón los que esperáis en el Señor. En tus manos encomiendo mi espíritu: tu, el Dios leal, nos libraras." Amen. SALMO 30 Rev. Jorge Christancho
El canto gregoriano es el canto propio de la Iglesia, y es el canto que ha heredado la Iglesia de los antiguos padres. La Iglesia ha creado esta lengua music...