26/06/2025
Todo lo anterior no invalida la Biblia.
La Biblia es la Palabra de Dios viva y eterna.
Es nuestra máxima autoridad y la base de nuestra fe.
Lo que sí necesitamos es leerla con discernimiento, entendiendo su contexto, su propósito y, sobre todo, a la luz de Jesús, quien es el cumplimiento perfecto de esa Palabra.
No se trata de escoger lo que nos gusta, sino de entender que Cristo nos mostró cómo vivirla con amor, verdad y gracia.
"La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo."
Juan 1:17
Él es el filtro.
Él es el modelo.
Y Él nunca golpeó a nadie para enseñar algo.
Jesús no nos enseñó a andar con piedras en la mano.
Él vino a cumplir la ley y a revelarnos el corazón del Padre:
un Dios que corrige con paciencia, enseña con amor y guía con ternura.
“Misericordia quiero, y no sacrificio.”
Mateo 9:13
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”
Juan 14:9
“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.”
Gálatas 5:22-23
Golpear no es criar.
La disciplina no se hace con violencia, se hace con ejemplo.
Si quieres formar el corazón de tu hijo, no puedes usar las manos para herirlo.
No eduques desde el Antiguo Pacto del miedo, sino desde el nuevo pacto de amor, gracia y verdad que nos dio Jesús.