16/06/2025
MÉXICO 1986- 16 de junio. OCTAVOS DE FINAL
Un día como hoy,16 de junio pero de 1986, se jugaba el segundo día de los octavos de final de la Copa del Mundo. Acá lo pueden revivir, tal y como ocurrió hace casi 40 años. El mismo día jugaban Sócrates, Careca (Zico estaba lesionado), Boniek, Maradona, Valdano, Francescoli, en fin. Otros tiempos.
Brasil vs. Polonia
El sol del medio día de Guadalajara hace que la camiseta amarilla de Brasil se vea como una llamarada, con el contraste perfecto que hace el rojo y blanco polaco. Polonia, que en realidad llegó hasta acá con muy poco, empezó el partido como si esto fuera 1982 y, con algo que se parece el mejor Zbigniew Boniek, tuvo por lo menos dos claras opciones de irse adelante, una de ellas un mortero que se estrella contra el travesaño. En la medida en que pasaban los minutos, Brasil se acomodaba y, por fin, empezaba a jugar como puede -y debe- jugar. Müller, que debe su nombre al Bombardero, empieza a probar con su velocidad la resistencia de la defensa roja.
En el minuto 55, con el marcador 1-0 a favor de Brasil, Josimar, nuevamente Josimar, que claramente no estaba contento con su golazo contra Irlanda del Norte, se saca a dos jugadores,
entra al área, resiste el choque de uno de los dos que volvía -caerse y provocar un penal no estaba en su libreto- y el cierre de un tercer defensa, en un ángulo casi imposible, saca un derechazo que se estrella contra la red por el palo de la derecha del arquero, nuevamente esas grandes y profundas redes mexicanas, de la que parece que van a caer panes dulces. EL reloj marcaba el minuto 55.
Polonia trató, tuvo dos cerca, muy cerca, incluyendo una chilena de
Boniek, rejuvenecido hoy ante las no tan jóvenes piernas brasileñas, pero el tercer gol, de Edinho, que con un movimiento deja por fuera de la jugada a arquero y defensa, que incluye habilitación de taco de Careca, no sorprendió a nadie. El cuarto gol (así como el primero, que cobra Sócrates sin tomar impulso, como lo hacía siempre) sería de penal, pero lo cierto es que parece que el gran Brasil ha llegado a las canchas mexicanas. Lo esperan Italia o Francia, una perspectiva que hace agua la boca.
Argentina vs. Uruguay
A las 4 de la tarde, en el Cuauhtémoc de Puebla, dos de los rivales más antiguos de la historia del fútbol se vieron las caras en una Copa del Mundo por primera vez desde la final de 1930, en uno de esos encuentros que derrochan historia. Argentina, hoy de azul y negro, llega con el Diego, con Valdano y Burruchaga y el gran Pedro Pablo Pasculli; la celeste, hy de blanco, tiene a Francescoli, a Venancio Ramos, el “Padre” para los lectores de Condorito, pero también a Sergio Santín, de grata recordación por la hinchada colombiana. Se esperaba un encuentro cerrado, con muy poco margen de error; así fue.
Tuvo casi el gol Valdano a los 11 minutos, cuando Maradona desborda por izquierda, espera el tiempo apenas justo y manda el centro perfecto. A los 21 es Diego el que estrella el balón contra el travesaño, cuando Alvez habría sido casi que apenas un espectador: es que, por una gran parte del primer tiempo, Uruguay sólo esperaba y contenía, en ocasiones de manera violenta Hasta que en el minuto 42 una jugada de Burruchaga y Valdano rebota en los pies de Bossio o de Acevedo, da igual, y el balón queda servido para Pasculli, que no lo puede creer, para el 1-0.
Uruguay reacciona inmediatamente, pero una infortunada decisión de Wilmar Cabrera, que le quita el balón -y el gol- de los pies al Príncipe, dejan ver este Uruguay va pelear hasta el final. En la tribuna, se lamentan hinchas uruguayos, sin camiseta pero con gorros de Don Ramón.
Esta vez el técnico Borrás toma -por fin- una buena decisión y saca a Acevedo -a quien recién le habían recetado la tarjeta amarilla- por Rubén Paz a los 61 minutos, y Uruguay empieza a jugar mucho mejor, pero cuando Nery Pumpido tapa el remate del padre Venancio a los 87 minutos,
con sello de empate autenticado y notarizado, ya es claro que este partido se queda así. Todo lo
decidió la suerte, como si una “mano invisible”, de algún dios u ocurrencia sobrenatural por ahí, estuviera a cargo de los hilos de este Mundial.
Sigue en el horizonte para los gauchos el vencedor del duelo entre Inglaterra y Paraguay.
En este punto es inevitable sentir un extremo morbo por lo que podría ser un Argentina-Inglaterra, que hace apenas 4 años estaban dándose tumbos en una inconsecuente, y verdaderamente estúpida, confrontación militar.