
20/05/2025
A mis críticos:
Sus palabras, aunque a veces punzantes, las recibo. No como verdades absolutas, sino como ecos de perspectivas diferentes a la mía. En cada juicio, en cada observación, percibo un ángulo distinto desde el cual se mira el mundo, y por ende, mis acciones y mis creaciones.
Entiendo que su crítica nace de sus propias experiencias, sus propios valores y sus propias expectativas. A veces, quizás, de una preocupación genuina; otras, tal vez, de una incomprensión o incluso de una proyección de sus propias luchas.
No les pido que aprueben cada uno de mis pasos. La diversidad de pensamiento es la savia de la evolución. Sin embargo, sí les invito a la reflexión sobre la intención detrás de sus palabras. ¿Buscan construir o solo señalar? ¿Su crítica ofrece un camino alternativo o simplemente derriba el existente?
Porque, al final del día, todos estamos en este viaje llamado vida, tratando de navegar nuestras propias complejidades y dejar nuestra propia huella. Sus críticas, aunque a veces duelan, también me ofrecen la oportunidad de verme en un espejo diferente, de cuestionar mis propias certezas y, quizás, de crecer.
Así que, gracias. Gracias por dedicar su tiempo y su energía a observar mi camino. Prometo seguir mi propia brújula, aprendiendo de cada encuentro, incluso de aquellos que vienen envueltos en la forma de una crítica. Y espero, sinceramente, que en sus propios caminos encuentren la claridad y la comprensión que buscan.
¿Qué te parece esta reflexión? ¿Hay algún aspecto en particular que te gustaría explorar más?