25/07/2025
Desde que mi papá se pensionó no hace absolutamente nada en la casa. Se levanta tarde, se sienta a ver televisión todo el día, y espera que mi mamá le sirva el desayuno, el almuerzo y hasta el tinto. Ella también está cansada, pero sigue cocinando, lavando, barriendo, como si él no tuviera brazos. Cuando le digo algo, me dice que toda la vida trabajó y que ahora le toca descansar.
Hace unos días llegué a visitarlos y los encontré discutiendo. Mi mamá se había molestado porque él se había tomado un jugo que era para la cena, y en vez de disculparse, le gritó que ella era una exagerada. Me dolió verla así, toda agotada, recogiendo la cocina mientras él estaba acostado en el sofá con los pies sobre una almohada. Me le acerqué y le dije que podía ayudar con algo, pero me respondió que para eso estaba ella, que él no era bueno para esas cosas.
Lo peor es que cuando salimos en familia, todos creen que mi papá es un señor adorable, caballeroso y atento, porque hace comentarios bonitos y cuenta chistes. Pero nadie ve lo que pasa adentro. Ella ya casi no tiene vida, se la pasa con dolores de espalda, tomando pastillas, y él ni siquiera sabe en qué fecha fue su última cita médica.
Yo ya me cansé de decirle a mi mamá que se tome un tiempo para ella, que lo deje que él se arregle solo, pero ella insiste en que es su deber como esposa.
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