22/09/2023
El viaje interior: Transformando mi mente a través del mindfulness en 6 semanas.
El inquietante zumbido de la máquina de resonancia magnética funcional (IRMf) me envuelve mientras me encuentro acostada, inmóvil, dentro de sus fauces. La tarea es clara: fijar mi atención en una cruz negra, mientras mi cerebro es sometido a escrutinio. Mantener los ojos abiertos resulta complicado; el hipnótico sonido del escáner me susurra a cerrarlos, aunque temo que el sueño pueda alterar el resultado de mi examen cerebral.
Soy Melissa Hogenboom, periodista de la BBC, apasionada por la mente humana. Aquí, en el Hospital Royal Holloway de la Universidad de Londres, me encuentro ante una máquina que escudriñará mi cerebro antes de embarcarme en un desafiante viaje de seis semanas: explorar si somos capaces de moldear nuestro propio cerebro, alterando aspectos cotidianos de nuestra vida.
El concepto clave es la neuroplasticidad, la maravillosa capacidad de nuestro cerebro para transformarse con el tiempo. No se limita a la juventud, es un proceso constante que nos define. Cada vez que aprendemos algo nuevo, nuestro cerebro se adapta.
¿Será posible influir conscientemente en este proceso? Durante seis semanas, el profesor Barnhofer modificó un curso de mindfulness para que yo lo experimentara. Media hora al día, practicaba meditación guiada de atención plena y me esforzaba por ser consciente del momento presente. Observaba cómo mi mente divagaba, cómo mis pensamientos saltaban de un tema a otro en cuestión de segundos.
Este viaje de autodescubrimiento no solo me permitió entender mejor mi mente, sino que también arrojó resultados en mi cerebro. Las imágenes revelaron que partes de mi cerebro habían cambiado. La amígdala, vinculada al procesamiento emocional, había reducido su volumen, un reflejo de la disminución del estrés gracias a la atención plena. Además, mi corteza cingulada, responsable de nuestras respuestas emocionales y del divagar mental, había crecido, indicando un mayor control sobre esta área.
Ver estos cambios en mi cerebro en una pantalla frente a mí fue asombroso. Al ser consciente, logré potenciar una parte de mi cerebro que mantuvo a raya los pensamientos errantes.
Por supuesto, estos cambios podrían ser aleatorios, ya que el cerebro es un órgano en constante cambio. No obstante, los estudios sugieren que este desafío de seis semanas podría ser beneficioso para muchas personas.
La pregunta que queda es si seguiré meditando todos los días. Me encantaría decir que sí, pero la vida a menudo interviene en nuestros planes.