06/07/2025
: Habla el joven domiciliario baleado durante intento de robo en el norte de Neiva.
Juan Camilo Narváez, de 24 años, relató el dramático momento en que fue atacado con arma de fuego por delincuentes el pasado 6 de enero, día de Reyes, mientras entregaba un domicilio en el norte de Neiva. Por negarse a entregar su celular y las llaves de su moto 'sus herramientas de trabajo y estudio' recibió un disparo por la espalda que por poco le cuesta la vida.
El joven relato lo sucedido a través de redes sociales. Esta es su historia:👇
🗣️ “Por defender lo poco que tenía, casi pierdo la vida.”
“Mi nombre es Juan Camilo Narváez y lo que estoy a punto de contar no es una historia cualquiera. Es algo que me marcó para siempre.
Ese 6 de enero, como cualquier otro día, salí a hacer domicilios en Neiva. Con ese trabajo pagaba mi arriendo, la comida y ayudaba a mi mamá.
Ese día, me asignaron un pedido de comida china del restaurante Chino Pekín. La dirección: calle 84 con carrera 3, sin nombre de barrio. Eran las 1:28 de la tarde.
Al llegar, pregunté a una señora si era para ella. Me dijo que no. Luego, salió un joven diciendo que él lo había pedido. Le entregué el pedido, y lo pasó a una mujer que salió corriendo por un barranco.
Algo no cuadraba. Cuando lo volví a mirar, ya me estaba apuntando con un arma.
Me exigió todo: billetera, documentos, gafas, dinero… Pero me negué a entregarle el celular y las llaves de mi moto. Eran mi herramienta de trabajo y de estudio. Yo era estudiante del SENA. Perder eso era quedarme sin nada.
Le grité a la señora que solo estaba trabajando. Ella entró a llamar a la Policía. Había más personas mirando, pero nadie hizo nada.
Entonces apareció otro joven. Pensé que me iba a ayudar, pero también era cómplice. Me dijo que me fuera, que confiara en él. Error mío. Apenas intenté subirme a la moto, me sacaron el celular y las llaves del bolsillo.
Reaccioné instintivamente. Tomé el buzo del ladrón y recuperé las llaves. Pero no el celular. En ese momento, el tipo que me apuntaba, al ver eso, me disparó por la espalda.
Caí. No sentí dolor al principio, solo ardor, temblores, sangre… me desplomé.
Gracias a vecinos del sector, me llevaron a una clínica en El Cortijo, y de ahí me trasladaron a otro centro médico con mejores equipos.
Ahí comenzó la verdadera lucha. Me sometieron a cinco cirugías. La bala destrozó órganos vitales: el pulmón izquierdo, bazo, páncreas, estómago e intestino.
Pasé un mes sin caminar, con sondas, tubos, drenes… en UCI, sin saber si iba a sobrevivir.
Pero gracias a Dios, viví.
Después de cuatro meses hospitalizado, logré salir. Hoy, seis meses después, sigo en recuperación. Tengo dos drenes en el abdomen y no puedo consumir azúcar ni grasas por el daño en el páncreas.
Mi vida cambió para siempre. Cada día es una lucha física y mental. Pero estoy aquí, y eso ya es una victoria.
Quiero dar gracias a Dios, al personal médico que me atendió con tanta paciencia y, sobre todo, a mi madre, que nunca se apartó de mi lado.
Conté esto porque muchos como yo salimos a trabajar sin saber si vamos a regresar. Detrás de cada domiciliario hay una historia, un esfuerzo, una familia, un sueño.
No pido lástima. Solo que no seamos indiferentes.”
🗣️ “No elegí lo que me pasó, pero sí el no rendirme.”
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