19/09/2025
❌ Relatos de una amante: lo que realmente significa ser “la otra”
Ser “la otra” no es glamour, ni pasión prohibida como en las películas. Es esperar mensajes que llegan a escondidas, es acostarse sola mientras él cena con su esposa,
es celebrar aniversarios imaginarios que nunca existirán. Ser “la otra” es vivir del migajero emocional de un hombre que reparte lo que le sobra, no lo que tiene.
Se habla de la amante como “la mala”, la rompehogares, la culpable de todo. Pero nadie dice la otra cara: muchas veces ser la otra también significa ser la mujer que se engañó creyendo promesas que jamás se cumplirán.
Porque en la boca del infiel siempre hay un futuro: “ya casi me separo”, “cuando los niños crezcan”, “cuando arregle mis cosas”. Pero ese futuro nunca llega. La amante vive en un presente clandestino y en un futuro que no existe.
Lo que realmente significa ser “la otra” es aprender a amar con censura: no hay fotos públicas, no hay abrazos en la calle, no hay llamadas largas en la madrugada.
Todo es secreto, todo es escondido, todo es prestado. Y lo más cruel es que mientras ella renuncia a su tiempo, a su dignidad y hasta a su paz, él jamás renuncia a nada.
La amante carga un doble dolor: el de saberse amada a medias y el de saberse señalada por todos. La sociedad la juzga, la esposa la odia, y el infiel…
simplemente la utiliza como escape. Ser “la otra” es estar atrapada en un lugar donde nunca eres suficiente, porque siempre habrá alguien que tiene más “derechos” sobre él que tú.
Y aquí está la verdad incómoda: ser la otra no es tener lo mejor de un hombre, es conformarse con lo peor de él. Con su tiempo robado, sus excusas baratas, sus caricias apuradas y su amor parcelado.
👉 : Nunca aceptes ser el capítulo oculto de alguien que no tiene el valor de escribir contigo la historia completa.
---mendoza male