02/06/2025
Ayer celebramos el cumpleaños 492 de Cartagena, pero no de la ciudad, sino de su ocupación. Como señala Leonor Silvestri, el Estado actúa como un colonizador interno que, incluso en su aparente ausencia, impone una lógica extractiva. Esto configura una doble captura: por un lado, la ciudad está subordinada a poderes económicos que imponen su lógica patrimonialista; por otro, a intereses locales que, lejos de responder a las necesidades colectivas, actúan según agendas particulares. Lo hemos visto en recientes maniobras políticas, donde los logros de los trabajadores han sido apropiados por el estamento político y convertidos en capital simbólico, como en la reforma laboral impulsada por el gobierno de Petro.
Esta captura responde a lo que Deleuze llama una máquina abstracta: una fuerza impersonal que articula flujos de deseo y producción más allá de las necesidades humanas. Lejos de estar fuera de la política, esta máquina produce deseo, y sus efectos —estetizados o moralizados— son rápidamente absorbidos por el poder, que los traduce en discursos de progreso o bienestar. Así, muchas intervenciones urbanas no responden a una ética del cuidado, sino a una estética del orden: una compulsión higienizante que disciplina el exceso. Este deseo de orden, bajo apariencia de cuidado, excluye y reproduce desigualdades. Lo que intenta suprimir —el ruido, la informalidad, lo precario— regresa eternamente como amenaza: una profecía del pasado.
El fracaso democrático no radica solo en la representación o la identificación, sino en la impotencia del poder para enfrentar esta máquina sin caer en sus trampas. Y, sin embargo, no todo ha sido subsumido. Persisten gestos que escapan a esa lógica: prácticas que ensayan, sin pedir permiso, otros modos de vida. Celebramos, un día después de la ocupación, esas formas de habitar que resisten sin espectáculo, que rehúsan ser funcionales y que, entre ruinas y restos, siguen buscando nuevas formas de organización no institucional. Allí, en esos escombros, vive aún la posibilidad de una ciudad libre.