17/06/2025
He firmado el acuerdo con la Iglesia católica y representantes de instituciones del Estado, que versa sobre las formas, buscando reducir la violencia verbal. Nuestras manifestaciones siempre tienen un ambiente: la alegría, la esperanza y la afirmación de los derechos. No gritamos "¡fuera!" a nadie, ni odiamos.
Somos firmes, pero no odiamos, ni hablamos de echar balín, plomo o matar. No agredimos a periodistas.
Exigimos que se cumpla la Constitución de 1991.
La paz es construir justicia social; no consiste en matarnos entre nosotros. La muerte no genera seguridad.
Pero no hay que confundir, como hoy lo hace el diario El Espectador.
Reducir la violencia verbal no es apagar los argumentos. Diremos nuestros argumentos con la máxima decencia. Al contrario: el debate es sobre argumentos. Le dije al Partido Conservador que vuelva a la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, donde se habla de dignificar la vida de las y los trabajadores.
Es completamente falso el argumento de que los microempresarios se quiebran si suben los salarios de sus trabajadores.
El microempresario es un trabajador por cuenta propia, o bien son sus hijos y familiares quienes trabajan con él.
El microempresario no es afectado por la reforma laboral.
Lo que sí hay que hacer es darle crédito barato, permitir que se asocie libremente, brindarle conocimiento y tecnología. Nada mejor que asociar microempresarios y aprendices del SENA en cooperativas rurales y urbanas.
El microempresario crece si los trabajadores ganan más, porque aumentan sus ventas.
No es cierto que los atentados contra el senador Miguel Uribe provengan de quienes pedimos justicia social para el pueblo campesino y el trabajador urbano. Eso es una calumnia que rechazamos.
Hay quienes dicen que, para bajar los ánimos desatados por el atentado, debemos cancelar la consulta popular. No, señores: la consulta popular no tiene nada que ver con el atentado. No aceptamos esas insinuaciones bajas y morbosas.
Quieren que yo no investigue. Tengo el derecho de investigar quién quiere matarme y denunciarlo. Aquí actúo como víctima. Y sí, lo digo: hay indicios —no comprobados aún— que hemos entregado como información a la Fiscalía.
Los asesinos quieren que nos matemos entre nosotros. Acaban de asesinar, usando a un niño, al concejal de San Andrés de Cuerquia, Antioquia: Juan Camilo Espinoza Vanegas, indígena en silla de ruedas de AICO, uno de los movimientos políticos que me apoyó.
Yo quiero que el senador Uribe se vuelva a abrazar con sus hijos, y quiero que el pueblo trabajador recupere sus derechos y se realice la consulta popular.
Si el Senado avanza respecto a lo ya aprobado por consenso en la Cámara de Representantes, firmaré la ley de reforma laboral y se levanta la consulta.