19/04/2025
En cada imagen pueden apreciar una niña, una joven, un rostro…
Ojos que reflejan más que cansancio: reflejan fe, sacrificio y amor profundo.
Detrás de cada paso, de cada incienso encendido,
hay una historia que se entrelaza con la cruz de Cristo.
Semana Santa no es solo tradición;
es un llamado silencioso a vivir el amor más grande:
el de un Dios que se entrega por todos.
Y ahí están ellas… pequeñas y grandes sahumadoras,
con vestidos que ya guardan el humo de muchos días,
con las manos temblorosas, pero firmes en su propósito.
El incienso sube como oración viva, como perfume que sana,
como un gesto sencillo que en el cielo es grande.
Aunque el cuerpo pese y los pies duelan,
el corazón late fuerte al paso de la cruz.
No se trata solo de salir, se trata de dar testimonio,
de ser pequeñas luces en la oscuridad de un mundo que olvida.
Ese viernes, el más doloroso del calendario,
ellas caminan con dignidad y reverencia,
sanando con el humo, amando con la mirada,
entregando lo mejor de sí a Cristo crucificado.
Porque vivir la Semana Santa como católicas
es más que asistir: es acompañar,
es cargar con Él, es llorar con Él,
pero también… es resucitar con Él.
Gracias Yesenia por tú entrega a enseñarnos vivir con amor la semana santa 🤍🔥