
27/03/2024
Semana Santa.
Al llegar los días santos, mi abuela me prohibía hacer cualquier cosa que me colocara en peligro, decía que esos días eran respetados y que los peligros en esos días aumentaban.
Ella tenía algo de razón. Al llegar mi adolescencia mi familia planeó un viaje a playa, mi abuela no quería ir por sus creencias, pero debíamos llevarla, no podíamos dejarla sola en la casa; ella se subió al carro bastante asustada y fue orando por todo el camino, mi papá le dijo en un tono de regaño que dejara de rezar tanto que no nos iba a pasar nada.
Se podía ver en la cara de mi abuelita la preocupación que cargaba, era la primera vez que hacía un viaje en ese día, ella iba mirando a través de la ventana mientras mi papá, mi mamá y mi hermano cantaban una canción que estaba de moda en la radio, yo no podía dejar de mirar a mi abuela y en un segundo mi papá freno de golpe, mi abuela tomó mi mano fuertemente, le dijo a mi papá que tuviera más cuidado que ella ya había vivido pero que sus nietos aún estaban empezando a vivir.
El viaje demoró un buen rato, llegamos a la playa y todo fue perfecto, mi abuela se relajó un poco porque habíamos llegado bien, corríamos por la playa, nadamos y nos comimos un delicioso plato de comida marina. Cuando estaba cayendo la noche mi papá nos grita desde la camioneta que debíamos volver, nos alistamos y subimos de nuevo al carro.
En la carretera nos cogió la noche, yo estaba un poco cansado y los ojos se me cerraban, podía ver a mi abuela, estaba dormida y mi hermano igual; mi mamá y mi papá conversaban y se reían.
Me quedé dormido y en medio del sueño sentí un fuerte golpe en la nariz, pero a pesar del fuerte golpe no podía despertar, escuchaba el sonido de una bocina que no dejaba de sonar, también a muchas personas gritando, en medio de esa oscuridad pude escuchar la voz de mi abuela que me dijo al oído, " hijo sé fuerte cuando abras los ojos” mi hermano me dio un beso en la frente cosa que en la vida había hecho, siempre me estaba molestando, como todo hermano mayor. Él también me dijo que fuera fuerte, yo no podía contestar solo los escuchaba, mi papá y mi mamá se acercaron, sentí un abrazo caliente de ellos. Cuando de repente abrí los ojos, mi abuela estaba destrozada, había parte del carro clavado en su cuerpo, a mi hermano le faltaba gran parte de su cabeza y los cuerpos de mi mamá y de mi papá no los podía ver, sólo veía su cabello y un montón de carne;
el carro estaba destrozado y yo estaba atrapado en el interior rodeado de mi familia mu**ta, después de un buen rato lograron cortar todas las partes del auto que me tenían atrapado y me llevaron a un hospital, demoré mucho tiempo para que mi estado de salud se recuperará.
Una tía fue al hospital hacerse cargo de mí, podía ver el dolor que esta cargaba en su cara esos ojos rojos de tanto llorar y una cara hinchada por el mismo efecto del llanto, ella me abrazó, pero yo no podía mencionar ni una palabra quizás fue el golpe, pero los psiquiatras le dicen a mi tía qué tal vez en unos días recupere el habla.
No pude ser fuerte, ya han pasado varios años y no logro sacarme esas imágenes de la cabeza ni puedo dejar de extrañar a mi familia. Quizás algún día recupere la voz.
Foto tomada de: micolección