25/11/2024
El Renacer del Ferry Marcopolo Travesia Fluvial Ecológica
Bajo un cielo encapotado y el río Orteguaza en calma, el ferry Marco Polo yacía inmóvil, su figura reflejando una gloria pasada. Pero, para el capitán Rubén Darío Polo, aquel no era el final.Aquel ferry, que había sido un puente entre los sueños y las maravillas del Caquetá, parecía ahora un gigante dormido. Rubén, con la experiencia de años y el peso de mil batallas, enfrentaba una tormenta distinta: la del alma.Fue entonces cuando llegó el faro en medio de su niebla: Guillermo, El Horeb Paraiso Natural Y Ecoturistico, "el amigo leal y visionario, quien sabía que el Marco Polo no era solo un barco, sino el corazón de un pueblo.—No podemos rendirnos, Rubén. El Marco Polo volverá a flotar. El turismo de nuestra tierra lo necesita —dijo Guillermo con la firmeza de quien no conoce el fracaso.Así comenzó una epopeya. Manos callosas y corazones firmes se unieron. Amigos y entidades respondieron al llamado, como si el río mismo pidiera su regreso. De todas partes llegaron voluntarios, herramientas, recursos… pero, sobre todo, esperanza.El trabajo fue arduo. Día tras día, entre risas y recuerdos compartidos, el Marco Polo fue cobrando vida. Bomberos, la Defensa Civil, el Ejército, Servaf y la Alcaldía se sumaron al esfuerzo, demostrando que la fuerza de un pueblo unido puede vencer cualquier adversidad.Y finalmente llegó el día esperado.Cuando el ferry flotó de nuevo, el Orteguaza resonó con vítores y aplausos. Rubén, con los ojos humedecidos, miró a Guillermo y, con una sonrisa cargada de orgullo, le dijo:—Lo logramos, viejo amigo. El Marco Polo volverá a navegar.Hoy, el Marco Polo, renacido, es mucho más que un ferry. Es el símbolo de la resiliencia del Caquetá, de su gente y de su turismo, donde “El Oro es Verde” y siempre hay nuevas historias que contar.Rubén Darío Polo, el héroe que jamás se rindió, nos recuerda que nunca es tarde para creer en un nuevo comienzo.
“Ahora solo esperamos su apoyo adquiriendo el bono de cena para la restauración.”