07/05/2025
Y volvimos a pararnos duro, como debe ser. Después de una curva descendente que se presentó entre el partido con Once Caldas y Corinthians, que empalideció con Envigado en acciones impensadas por parte de Juanfer y entraba a oscurecerse ante un Millonarios que parqueó el bus en su arco, para después agravarse frente a Equidad, por lo que hubo necesidad de intervenir.
Entre directivos y cuerpo técnico se hizo un llamado de atención a los jugadores, a su profesionalismo y compromiso con vestir esta camiseta que es gigante. Parece que sirvió, porque después del bochorno en Bogotá, el Rojo salió a proponer en Argentina frente a Huracán. Un deleite ver a América controlando la pelota y triangulando a su gusto en mitad de la cancha, fuera del país.
Ese día seguíamos dándole palo a Barrios por su inconsistencia técnica y su timidez por la banda al encarar, asunto que incluso se le comunicó a Alex Escobar que casualmente estaba junto a nosotros en la tribuna del Tomas Ducó. Y bueno, como dijo un amigo, somos todos lo mismo, capaz que nos escuchó, porque en el Clásico frente al Cali fue otra historia, un equipo más vertical, con más capacidad profunda por la banda para crear juego en la Zona C (entre el borde del área y el tiro de equina).
Con el aliciente de jugar como de local en Argentina (en cancha y en tribuna) y con la alegría de ganarle al rival de patio, América volvió, se reconectó. Contra Águilas, a pesar de jugar en una cancha que no sabemos como la clasifican para que sea apta del Fútbol Profesional, con un terreno inestable y una iluminación pésima. Volvimos a triunfar de visitante, la zurda de Juanfer, letal en la rosca hacia adentro que dice “empujáme nomas”.
En el pitazo final de ese partido ya estaba la mente puesta en la Arena Corinthians, a Barranquilla viajó un grupo mixto, una acción más prudente por parte de Jorge Orosman, esta vez no se fue con toda la suplencia y quizá por eso se rescató un valioso punto de visitante ante un Junior que viene en alza. Increíble lo de Santiago Silva, nació para atajar penales.
Y por fin, después de estar más de 6 semanas rodando por el sur del continente, llegó el partido soñado, Corinthians vs América de Cali, aún recuerdo como festejé en el sorteo de fase de grupos cuando dijeron que solo quedaba un brasilero y tenía que ir al grupo de América. Ya saben lo que es el Timao en Brasil, otra cosa, desde lo organizacional, comercial, político, histórico y futbolístico, sin contar con Memphis Depay, una locura pensar en verlo disputar balones con Juanfer.
Ahí estábamos, desde la tribuna de prensa en el piso 10 del Neo Química Arena, un escenario con una acústica que ensordece, quizá la mayor cantidad de decibeles percibidos de mi parte en un estadio de fútbol. América saltó al campo y la Hinchada del Rojo se hizo sentir, sonábamos locales en varios pasajes del partido.
Un América decidido, que sabia esperar y apretar en espacio reducido, con anticipaciones que hacían ver lento al rival, ordenado en la construcción de juego, un deleite del fútbol actual, da muchísimo gusto ver al Rojo jugar así, el proceso del Polilla va andando, como dijo en rueda de prensa, aún no hemos ganado nada, vamos paso a paso, per permítannos soñar.
El gol de Corinthians por Memphis Depay, solo lo podía hacer él, ese espacio, ese movimiento de distracción solo lo hace él, parecía jugando en la cancha del barrio en ese momento. Luego lo anulamos, luego, el que muchos habían resistido porque no entendían porque lo ponían, demostró porque estaba de titular reemplazando a Balanta, Navarro nos dio el empate, un jugador que como Polilla afirma tiene muy buenas características técnicas y lo avalamos, merece estar.
Nos vamos de Sao Paulo después de atravesar el Rio de la Plata y todo el Estado de Paraná, gracias fútbol, gracias América por la oportunidad de conocer, disfrutar y aprender en esta travesía. Esperamos la siguiente, en octavos de final.
Se vienen tres partidos de local y uno de visita donde tenemos que ser más contundentes, la definición hay que pulirla, los remates desde fuera del área se deben entrenar más, podemos ser un equipo que gana por 3 goles o más cada partido. Gracias Soto, Juanfer, Navarro, Barrios, Duván, Mina, Mena, Pestaña, Carrascal, Holgado, Polilla (padre e hijo), Alex y todos los que aportamos con lo que podemos a construir esta gran marejada de pasión, esperanza y alegría.
¡Vamos América Carajo!
Fotografías: América de Cali