06/07/2025
La triste realidad
*LA ENTIDAD QUE ABRAZA A LOS PODEROSOS Y ESTRANGULA A LOS POBRES, TODO EN NOMBRE DEL 'MEDIO AMBIENTE EN MONTERÍA*
En Córdoba existe una corporación ambiental que más que cuidar los recursos naturales parece cuidar los intereses de los poderosos. Se hace llamar CVS, pero la realidad nos obliga a redefinir sus siglas: Contra Vulnerables Sociales. Y es que cada vez resulta más evidente que esta entidad ambiental tiene una balanza trucada.
Cuando una comunidad desplazada, humilde o marginal intenta levantar un techo de cartón para sobrevivir, ahí aparece la CVS, puntual y feroz, a recordarle que está atentando contra el medio ambiente. Ah, pero si una constructora levanta una torre en zona de humedal, si un terrateniente seca una ciénaga o rellena tierras bajas para construir su hacienda, la CVS, muy comprometida... con el silencio.
¿Licencias exprés? ¿Conceptos técnicos a la medida? ¿Camellones en riberas prohibidas? Todo posible, todo viable, todo legal... si el interesado tiene el dinero y los contactos correctos. En cambio, al vulnerable, al desplazado, al que escapa de la pobreza con lo que puede y reune cada centavo para empezar a construir el sueño de tener un techo donde meterse, le cae todo el rigor del código ambiental como si fuera un ecocida profesional.
Dicen defender la naturaleza, pero en la práctica son expertos en la doble moral ecológica. Unos permisos sí, otros no, según el apellido o el estrato. ¿Y los humedales? Solo importan cuando los pisan los pies descalzos de una familia desplazada. Si los pisa una retroexcavadora de una constructora, se vuelven “áreas de aprovechamiento”.
CVS, Contra Vulnerables Sociales, se presenta como garante del ambiente, pero actúa como garante de privilegios. Nos preguntamos, ¿hasta cuándo los poderosos construirán sobre agua sin que nadie los toque? ¿Y hasta cuándo el humilde será perseguido por respirar sin licencia?
Una corporación al servicio de unos pocos y a costa de muchos. Tan verde como el billete. Tan ambiental como selectiva. Tan pública como peligrosa.
Por: Adel López (Periodista).