20/11/2025
. - La presidencia de Colombia no se gana en un baloto.
Por Julio Bahamon Vanegas
En algo muchísimo más valiosa y seria para convertirla en un laboratorio electoral.
La reciente propuesta del candidato del partido verde oxígeno, Juan Carlos Pinzón, ha generado más preocupación que entusiasmo. El candidato Pinzón plantea convocar a todos los aspirantes que registren porcentajes iguales o superiores al 3% para que cada uno designe un compromisario y, entre todos, construir una agenda que luego se someta a una encuesta para escoger un único candidato.
Suena incluyente, democrática y hasta simpática. Pero no es seria, ni práctica ni oportuna.
Existen, irresponsablemente 92 precandidatos presidenciales, la mayoría están entre el 3% y el 6%, por lo que esta iniciativa no simplifica el caos: lo mantiene. Pareciera mas una apuesta de un jugador, que quiere ganar cañando con par dos. Un conclave con casi una centena de proyectos políticos sin ninguna posibilidad real, es mantener el mismo estatus quo de dispersión, ruido y egolatría electoral que nos ha traído hasta aquí.
Nadie le niega al Dr Pinzón su importancia, ni su trayectoria como ministro de defensa de Juan Manuel Santos, pero su propuesta revela un problema que se debe mencionar: Cuando un liderazgo se ubica en el lugar equivocado, termina prestándose para validar confusiones que dice querer solucionar.
Una elección presidencial en nada se parece a una pasarela de aspiraciones tardías, ni en un experimento de coaliciones improvisadas, ni en una feria donde cada quien se inscribe a ver si le suena la flauta, ni un juego de azar donde cualquiera puede ganarse el “baloto” sin haber construido una historia, una estructura, unas ideas y un liderazgo de tiempo atrás.
En nuestro pais, la mayoría de los 92 precandidatos, contadas cuatro o cinco excepciones, no supera el 3% de intención de voto y, aun así, se comportan como si cada nombre aportara una solución, cuando en realidad aportan un problema.
La democracia exige responsabilidad, como dice el adagio popular, “que el mono debe saber, en que palo trepa”, esa sabiduría significa reconocer cuando una aspiración es legítima o cuando simplemente es una ilusión personal sin respaldo ciudadano.
El tiempo se nos esta acabando y debemos actuar ya. El pais no esta para experimentos con 92 voces opinando al tiempo mientras las verdaderas decisiones se diluyen en asambleas imposibles. La presidencia de la Republica es demasiado seria para convertirla en un laboratorio electoral o en un aviso de oportunidades para quienes llegan tarde a la competencia. Hombres como Álvaro Uribe Vélez solo aparecen cada 50 años. La iniciativa de Abelardo De la Espriella como dijo Horacio Serpa: nos suena, nos suena.