09/04/2025
Es lo más triste que he visto en mi vida.
Nunca había visto algo tan triste.😢
A Sara Millerey González no solo la mataron…
La destrozaron.
Le rompieron el cuerpo… y el alma.
Y mientras se apagaba lentamente,
mientras sus ojos se iban cerrando para siempre,
alguien, con manos frías y corazón ausente… grababa.
No fue para ayudar.
No fue para salvar.
Fue para volverse viral.
Como si su muerte fuera un show.
Como si el horror fuera entretenimiento.
Eso no fue solo un crimen.
Fue un reflejo cruel de lo que somos…
Una sociedad enferma.
Vacía.
Donde el sufrimiento ajeno ya no duele.
Donde el amor se fue…
y la compasión apenas es un recuerdo borroso.
Sara no murió sola.
Murió frente a todos.
Murió en medio de miradas indiferentes…
Y nadie, nadie…hizo nada.
A Sara Millerey González le partieron las piernas… y las manos.
Como quien quiebra ramas secas.
Como si no doliera.
Como si no suplicara.
Como si no tuviera nombre,
ni madre,
ni sueños,
ni alma.
Luego la arrojaron a una quebrada, para que se muriera despacio, tragando agua sucia y soledad
Y allí la dejaron…
a morir despacio.
Pero eso no fue lo más cruel.
Lo más cruel…
es que alguien sacó el celular…
y grabó.
Grabó su miedo.
Grabó su grito sin sonido.
Grabó el momento exacto en que se le rompió el corazón.
Y la miraron…
como quien mira una película de horror…
sin recordar que era real,
que era humana,
que tenía derecho a vivir.
Y otra vez nadie hizo nada.
Eso no es solo violencia.
Eso es el espejo roto de lo que nos volvimos:
espectadores del dolor,
cómplices del silencio.
Reflexión final:
Si grabar el horror nos resulta más fácil que detenerlo…
Si preferimos un video antes que tender una mano…
entonces no es solo Sara la que ha mu**to.
Estamos todos…
muriendo un poco más…
cada vez que dejamos que el mal suceda… y callamos.
Crédito Fredi Campo.