21/10/2025
Miércoles 22 de octubre
EL SEÑOR LUCHARÁ POR USTEDES
Según Éxodo 14:13, 14, 25, ¿cuál era el plan original e ideal de Dios respecto
de la participación de los israelitas en la guerra?
En aquel momento de crisis, cuando el pueblo de Israel se vio obligado a
entrar en un callejón sin salida, “Moisés dijo al pueblo: ‘No teman. Manténganse
tranquilos, y verán la salvación que el Señor les dará hoy. Porque esos egipcios
que hoy ven, nunca más los verán. El Señor peleará por ustedes. Estén tran
quilos’ ” (Éxo. 14:13, 14). Según el registro bíblico, incluso los propios egipcios
comprendieron esa realidad, ya que dijeron: “Huyamos de delante de Israel,
porque el Señor pelea por ellos contra los egipcios” (Éxo. 14:25).
La intervención milagrosa de Dios en favor de los indefensos israelitas,
carentes de conocimientos militares, se convirtió en el modelo. El Éxodo cons
tituyó el paradigma de la intervención del Señor en favor de Israel. Aquí, Dios
no solo es quien libra la batalla, sino que exige a Israel que no luche (Éxo. 14:14).
Dios es el Guerrero y la iniciativa es suya. Él establece la estrategia, define los
medios y dirige la campaña. Si el Señor no lucha por Israel, este no tiene ninguna
posibilidad de éxito.
Elena de White interpreta esto como una expresión del hecho de que “Dios
no quiso que obtuvieran la tierra prometida por medio de la guerra, sino me
diante la sumisión y la obediencia incondicional a sus mandamientos” (“The
Twelve Spies”, Signs of the Times, 2 de septiembre de 1880, p. 1). Al igual que en
la liberación de Egipto, Dios pelearía sus batallas por ellos. Todo lo que tenían
que hacer era permanecer quietos y presenciar su poderosa intervención.
La historia demuestra que siempre que Israel tuvo suficiente confianza en
Dios, no necesitó luchar (ver 2 Rey. 19; 2 Crón. 32; Isa. 37).
De acuerdo con el plan ideal de Dios, Israel nunca necesitó luchar. Fue la
incredulidad de ellos, expresada después del Éxodo, lo que llevó a Dios a per
mitirles participar en la guerra contra los cananeos. Así como no necesitaron
levantar una sola espada contra los egipcios durante el Éxodo, nunca les habría
sido necesario luchar para conquistar Canaán (Deut. 7:17-19).
“Si los hijos de Israel no hubieran murmurado contra el Señor, él no habría per
mitido que sus enemigos hicieran guerra contra ellos” (Elena de White, Historia de
la redención, p. 135). ¿Cómo podría la murmuración impactar hoy negativamente
nuestra vida?