03/12/2025
Crónica | “El eco del DRFE vuelve a Pasto”: Cuando el pasado y el presente se encuentran en la misma herida
En Pasto hay recuerdos que no se olvidan. Algunos permanecen enterrados bajo la rutina diaria, pero basta un movimiento —una noticia, un rumor, una protesta— para que vuelvan a aparecer como si nunca se hubieran ido.
Eso es lo que muchos ciudadanos sienten hoy con las denuncias contra EFINES: una especie de déjà vu que revive, con precisión inquietante, la sombra del DRFE, aquella captadora de dinero que marcó a toda una generación en Nariño.
La ciudad que ya había llorado una vez
A finales de los años 2000, Pasto vivió días de filas interminables, promesas de ganancias extraordinarias y una confianza colectiva que terminó convertida en frustración y pérdida.
El nombre DRFE retumbó en cada barrio, cada noticiero y cada conversación. Era imposible escapar del tema: amigos, vecinos, familiares… todos conocían a alguien que había invertido allí.
Cuando ese sueño financiero colapsó, la ciudad quedó herida.
Muchos hogares se fracturaron; algunos perdieron ahorros de toda una vida. Y los relatos aún sobreviven entre susurros y gestos de resignación.
Y ahora, la historia parece repetirse
Décadas después, otro nombre empieza a generar ruido: EFINES. Y aunque los tiempos son distintos, el sentimiento es dolorosamente familiar.
En las últimas semanas, ciudadanos en Nariño se han encadenado en las sedes de esta empresa, exigiendo la devolución de su dinero invertido en supuestos CDT que —según denuncian— nunca fueron pagados. Las imágenes de las cadenas, las pancartas y las lágrimas traen de vuelta un sabor amargo que Pasto ya conocía demasiado bien.
Quienes pasan frente a estas protestas no pueden evitar recordarlo:
> “Esto ya lo vivimos”, murmura una señora en la plaza de Nariño.
“Esto huele igualito al DRFE”, dice otro mientras observa a los afectados.
Un fantasma que nunca se fue
El nombre del empresario Esteban Quintana García ahora ocupa un lugar incómodo en las conversaciones locales, y no faltan quienes lo comparan con los personajes que lideraron aquellas captadoras de antaño.
Las denuncias, que comenzaron desde octubre, piden intervención de autoridades y claridad sobre el paradero del dinero.
Los ciudadanos quieren respuestas… pero sobre todo quieren evitar que la ciudad vuelva a vivir una tragedia financiera como la anterior.
Pasto no quiere repetir la historia
Por eso, hoy más que nunca, el eco del DRFE se siente fuerte.
Pasto no olvida.
No puede.
Y a medida que más personas se suman a la búsqueda de justicia frente a EFINES, también resurge una lección que la ciudad aprendió con dolor:
las promesas fáciles pueden costar demasiado caro.