El Provincial del Cauca

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16/12/2024
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26/11/2024

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Red de Medios Proclama del Pacífico Noticias – La geopolítica y la suerte de la isla Gorgona –

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30/10/2024

Fwd: El Primer Museo Vivo del Agua de América Latina se construirá en el Cauca
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Buzón

El Primer Museo Vivo del Agua de América Latina se construirá en el Cauca.

Un triunfo significativo y de gran impacto para el Departamento del Cauca se inició este 29 de octubre en el marco de la COP16, el Gobernador Jorge Octavio Guzmán Gutiérrez anunció una noticia, que sin duda alguna le apuesta por el desarrollo sostenible y busca exaltar el legado de quienes por años han cuidado, y preservado los recursos naturales en el territorio. El proyecto se basa en la creación del Primer Museo Vivo del Agua de América Latina, el cual es de índole innovador y centra la atención en la ciencia, rescatando el legado de las culturas ancestrales que por años han sido ejemplo cuidando y preservando los recursos hídricos como fuente de vida en el Cauca.



“Agradecerle a la cátedra de la Unesco que hoy me da el mejor regalo para el Departamento del Cauca y para mi tierra, el Museo Vivo del Agua del Macizo Colombiano es una enorme posibilidad que, desde la investigación científica desde la innovación, en la articulación con los saberes tradicionales por muchas generaciones le trasmitamos a nuestras familias, nuestros visitantes la historia del agua de ese Macizo Colombiano”, argumentó el Gobernador Jorge Octavio Guzmán.

Con la firma del acuerdo para realizar esta importante obra en el Departamento del Cauca, se cambiará el rumbo de las actuales y futuras generaciones, quienes tendrán la posibilidad de aprender en un espacio interactivo y dinámico, donde se fomente la conciencia ambienta y el cuidado del agua que es un líquido vital entre las comunidades.

“El evento de lanzamiento de este proyecto junto con esta firma, vamos a trabajar para que este Museo sea una realidad y la idea es que en enero podamos firmar el acuerdo de constitución del Museo Vivo del Agua, sería un hito, primer Museo de Unesco de Colombia, primer Museo Vivo del Agua en América Latina”, indicó Jordy Morato, director Catedra de la Unesco.



Cabe destacar que las comunidades indígenas, campesinas, son ejemplo de guardianes de estos territorios y serán tenidas en cuenta con una participación activa en conjunto con los líderes comunitarios y las mujeres representativas de las etnias, convirtiéndose en las guías del Museo donde se transformarán las tradiciones y costumbres, en historias que trazarán un nuevo rumbo en la preservación del agua y los ecosistemas.



“Gracias a Dios primeramente, porque hemos tenido en cuenta un territorio muy llamativo que es la naturaleza, donde nacen los ríos más importantes y que es el agua muy vitable, la conservación en nuestro territorio es unión primeramente con las mujeres que se sienten capacitadas para recibir mucha información sobre la conservación del agua”, resaltó Kelly Burbano VIGIA del municipio de San Sebastián.

De igual manera, Pahola Ordoñez, Alcaldesa de San Sebastián recordó que desde hace más de 463 años en este municipio se protege el agua dulce y se reconoce el trabajo de las mujeres VIGIAS del agua: “somos más de 14 mil habitantes cuidadores del agua, el 80% de esta población es vulnerable, necesitamos que una vez instalado el Museo Vivo del Agua entonces nazca un plan de trabajo, para seguir cultivando el agua dulce que nace en el municipio de San Sebastián donde nacen tres de los principales ríos de Colombia”.



Con la creación del Museo Vivo del Agua, se construye la oportunidad de dignificar las condiciones de vida de los cuidadores de agua y de vida del país, consolidándose como una herramienta educativa y de progreso para los pobladores. El Gobierno Departamental trabajará de forma incansable, para conseguir un fondo que permita garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos y se genere la restauración de los ecosistemas, con el compromiso de mejorar las condiciones de vida de los caucanos y caucanas que históricamente se han dedicado a la conservación de los entornos naturales.

29/10/2024

Angelica Monsalve Gaviria

·
13h
Me alegro

que empieces a sentir, lo que yo sentí, cuando tus amigos Barbosa y Mancera, me abrieron 11 procesos penales, sin prueba alguna y todo por hacer mi trabajo y luchar DE VERDAD contra la corrupción. No como tú, que sólo OPINAS de los actos de corrupción cometidos por tus de supuestos enemigos, “el gobierno Petro, como le llamas”.

Siempre he dicho, que quien nada debe, nada teme, por eso, Barbosa y Mancera nunca pudieron conmigo, y creo que nadie podrá, al menos en derecho.
Te estás victimizando astutamente, con una simple denuncia de un ciudadano contra ti, la que seguramente, no va a llegar a nada, preocupese cuando la investigación sobre PEGASUS empiece a caminar por dónde debe ser.

La diferencia entre usted y yo, es que, usted le lavó la cara a Mancera y a Barbosa, ahora se viene a victimizar con una simple DENUNCIA, y yo, con 11 procesos montados en mi contra, por sus grandes aliados y amigos, con todo el andamiaje judicial encima de mi, no me he VICTIMIZADO ni nunca lo haré, porque soy transparente y no una manipuladora como usted, con un aparataje económico y político cuidándole las espaldas, y por cierto, la cara de mojigata no te queda para nada.

¡Gran diferencia!https://x.com/i/status/1850902531624354205

https://revistaraya.com/mauricio-jaramillo/875-el-anticientificismo-como-linea-editorial.html la RAYAOPINIÓN  El anticie...
27/10/2024

https://revistaraya.com/mauricio-jaramillo/875-el-anticientificismo-como-linea-editorial.html
la RAYAOPINIÓN

El anticientificismo como línea editorial

Por: Mauricio Jaramillo Jassir

Existen pocos casos de tanto atrevimiento e ignorancia periodística como cuando el director de una mesa de trabajo radial habló en términos peyorativos de la Conferencia entre las Partes dedicada a la Biodiversidad en Cali (COP 16). Si bien el vanidoso comunicador habría sido despedido no sólo por éste, sino por una seguidilla de errores, el tema sigue evidenciando hasta qué punto en Colombia una extrema derecha sigue abusando de los canales de comunicación para imponer su postura negacionista respecto del cambio climático. Hay que recordar que esta derecha en el mundo- y ahora en Colombia- ha adoptado una postura de negación respecto al calentamiento global, ha atacado a activistas que defienden el ambiente y ha puesto en tela de juicio el propio esquema de desarrollo sostenible. Todo lo anterior ocurre a pesar de las evidencias científicas que son abundantes. Alguien tiene que decirlo sin complejos: la derecha es hoy negacionista respecto del calentamiento global, el pasado homicida de las dictaduras militares (Milei y Bolsonaro) y el genocidio en Gaza. Se trata de tapar, ocultar o relativizar la gravedad de temas que tocan los derechos humanos. Es tal el desprecio por estas garantías, que todo vale con tal de restarles peso, es una sofisticada forma de fascismo que rompe con los avances liberales logrados a través de la lucha de los pueblos y comunidades.

Medios como La FM, Bluradio, El Colombiano, y Semana, los más recalcitrantes y que en el último tiempo han develado su cara más sectaria en contra del progresismo, han decidido pasar por alto la relevancia de la COP 16 y se han dedicado al cubrimiento superficial. Hablar del encuentro con análisis de fondo significa ahora defender a Gustavo Petro o asumir una línea editorial pro gobierno. No se abren a los debates que muchas veces reflejan disensos dentro del mismo bloque progresista, por ejemplo, ¿qué tan relevante es insistir en la transición energética cuando el mundo sigue empecinado en demandar combustibles de origen fósil? ¿Qué significa qué Luis Inacio da Silva en Brasil se haya distanciado del esquema de la descarbonización de la economía como buena parte del progresismo latinoamericano? ¿No son temas que los medios deben cubrir, explicar y analizar?

Buena parte se ha ido por las raíces para insistir en que Petro utiliza la COP como cortina de humo o en favor de intereses personales o partidistas y no del Estado. No obstante, la cita que esta semana continuará en Cali debería tener debatiendo a toda la sociedad colombiana sobre conceptos como economía circular, descarbonización, transición energética y ecológica, nueva matriz energética o energías limpias. Nada de eso, todo se limita a que la conferencia de nada servirá porque no va a hallar soluciones de la noche de la mañana, poco importa que se tenga en mente una agenda de compromisos concretos relativos a la defensa de la biodiversidad y a su uso en términos sostenibles. Está en juego con la COP 16 la idea de que el medioambiente sea un tema única y exclusivamente del ideario progresista, mientras una derecha cada vez más anti derechos se da el lujo de negar un derecho consagrado en la constitución (artículos 79 y 80).

Asomarse a la COP, apoyar los esquemas y acciones de adaptación al cambio climático es un deber ineludible. Lástima que determinados medios, empecinados en la lucha contra los derechos asuman el anticientificismo como línea editorial. En

La derecha es hoy negacionista respecto del calentamiento global, el pasado homicida de las dictaduras militares (Milei y Bolsonaro) y el genocidio en Gaza. Se trata de tapar, ocultar o relativizar la gravedad de temas que tocan los derechos humanos.

editorialRAYUELA    EDITORIAL - Periodistas de la FM atacan a la Revista RAYA por revelar la oscura negociación del viru...
27/10/2024

editorialRAYUELA

EDITORIAL - Periodistas de la FM atacan a la Revista RAYA por revelar la oscura negociación del virus espía Pegasus
Ver más de: Rayuela Publicado: 24 Octubre 2024
A propósito de la publicación en dos medios de comunicación de un documento público: el convenio de coproducción que sostenemos con Señal Colombia para la realización del programa periodístico ”Señal Investigativa”, el equipo de la Revista RAYA comparte con su audiencia y la ciudadanía en general las siguientes reflexiones:

Revista RAYA es una organización constituida como fundación sin ánimo de lucro del sector solidario. Contamos con una política pública de transparencia respecto a los criterios de gestión financiera y recursos económicos para nuestra sostenibilidad, la cual pueden consultar en el siguiente link: https://www.revistaraya.com/financiacion.html.

Como es bien sabido, ya que es un hecho notorio y ampliamente anunciado por televisión y las redes sociales, Revista RAYA tiene un convenio de coproducción con Señal Colombia, canal del Sistema de Medios Públicos RTVC, para desarrollar el programa periodístico “Señal Investigativa”, el cual se emite todos los domingos a las 8:00 p.m.

Este acuerdo de coproducción tiene un presupuesto general de $480.000.000, para la producción de 28 capítulos de una hora de duración cada uno. Esto quiere decir que el valor de cada capítulo es de $17.000.000 lo que equivale a un costo promedio de $285.000 el minuto de producción, esto sin descontar impuestos, lo que podría constituirse como el programa periodístico más económico de la televisión colombiana.

Solo un porcentaje de este presupuesto es ejecutado por Revista RAYA, quien compromete para este propósito al conjunto de su equipo de trabajo, particularmente, cinco profesionales dedicados de tiempo completo y permanente al proceso de realización del programa. Esto, aunque tiene un costo mayor al recurso que ejecutamos dentro del convenio, lo asumimos como parte de nuestro aporte en especie en la coproducción.

Sin lugar a dudas, el costo de “Señal Investigativa” dista mucho de las cifras que manejan los convenios de otros medios de comunicación con el Sistema de Medios Públicos, sin que eso signifique que comprometan su independencia.

Pese a su bajo presupuesto y gracias al esfuerzo mancomunado con Señal Colombia, nuestro programa se ha convertido en un referente de la investigación periodística en Colombia, con uno de los ratings más altos de la televisión pública, lo que significa un orgullo para las dos partes comprometidas en sacar adelante este empeño.

Como lo especificamos en nuestra política de financiación, Revista RAYA no se rehúsa a realizar convenios o prestar servicios a entidades públicas o privadas, por el contrario, los pretende. Los recursos públicos no deben ser exclusivos de las grandes casas editoriales como ha sido costumbre, las cuales, además, están apalancadas por los grandes capitales de conglomerados industriales y financieros nacionales y transnacionales, y que constituyen verdaderos ejes de poder.

No será nuestra ocupación buscar cuántos convenios y por qué valores han tenido y tienen estos medios con las entidades del Estado, entre ellas, con Señal Colombia y RTVC, ya que seguiremos priorizando temas de la agenda política y social del país. Sin embargo, esperamos ser testigos de un debate serio y transparente alrededor del monopolio de los grandes medios y sus dueños, que ven en las iniciativas independientes un enemigo al cual deben atacar, como en efecto lo están haciendo con la Revista RAYA.

En la arena del debate periodístico, es sabido que quienes sin ninguna prueba hicieron un gran escándalo por las falsas chuzadas al magistrado Jorge Enrique Ibáñez, como La FM, Semana y la Silla Vacía, entre otros, callaron cuando con pruebas refutamos esa falsa noticia. Fue allí donde hicimos pública la primera entrega de una larga investigación que veníamos adelantando sobre Pegasus. Esta emisión se dio varias semanas antes de que el Gobierno nacional expresara interés por el tema.

Esos mismos medios callaron cuando “Señal Investigativa”, con pruebas, en otros programas evidenció la oscura negociación de Pegasus por parte del gobierno de Iván Duque y, por el contrario, nos acusaron de inventar teorías conspirativas; pero hoy, sin asomo de vergüenza, pretenden darnos lecciones de ética periodística, independencia y profesionalismo, descalificando nuestro trabajo, como el de otros colegas y medios emergentes, con suposiciones, prejuicios, informaciones a medias y titulares malintencionados.

En Revista RAYA no vemos por un solo ojo. En estos dos años de existencia, hemos realizado más de 300 investigaciones y análisis, sin una sola rectificación. En ellas hemos develado el poder real en todas sus formas en que se expresa: en el Estado, en el Gobierno, en las tres ramas del poder público, incluyendo a la Policía y a las Fuerzas Militares, el poder económico, las mafias y las organizaciones del crimen organizado.

Algunas de estas investigaciones han sido coproducidas para televisión en alianza con Señal Colombia, entre ellas: Revelamos la oscuridad que hay detrás de la negociación de Pegasus durante el gobierno de Iván Duque; también revelamos el caso de corrupción mafiosa en la Fiscalía durante la era Barbosa y su vicefiscal Martha Mancera, sacando a la luz el caso Pacho Malo, directivo de esa entidad que tenía negocios turbios con narcos y contrabandistas en Buenaventura; hicimos lo propio con alias “Calzones”, un poderoso y cuestionado empresario de Pereira, quien, según nuestra revelación, estaba en los documentos oficiales de la Fiscalía y la inteligencia policial, como un narco poderoso de la banda criminal La Cordillera, al tiempo, que era financiador de campañas del Centro Democrático y adulado, precisamente, por esa prensa tradicional, como un próspero empresario. Incluso, directores de estos medios tradicionales aparecen en fotografías con él, a manteles, en su centro de operaciones.

Tenemos la tranquilidad de que nuestra labor se basa en investigaciones rigurosas y no necesitan más defensa que lo que ya contienen las publicaciones. No poseemos verdades reveladas. Nuestro trabajo dialoga y se complementa, sin mezquindades y con respeto, con el de otros colegas, que desde diferentes orillas avanzan en llevar a la ciudadanía información útil y socialmente relevante. Seguimos creyendo, junto con otros colegas que hoy laboran en diferentes medios, tradicionales o digitales, corporativos o alternativos, que otro periodismo es posible y necesario.

No queremos cerrar, sin recordar que hace solo unos días, de la emisora “La FM” salió de manera express su director Luis Carlos Vélez, según lo reveló la Silla Vacía, por orden de sus dueños, tras expresar opiniones contrarias a los intereses del grupo económico propietario de la emisora, la Organización Ardila Lule, que entre otras, ha sido cuestionada por haber financiado grupos paramilitares, sin que ello preocupe a sus comunicadores.

La expulsión de Vélez se dio sin que ninguno de sus colegas periodistas dijera una sola palabra, ni elevará la más leve voz de protesta ante semejante afrenta ejercida desde este poder, la cual atenta claramente contra la libertad de opinión. Así que no es precisamente desde esas toldas radiales desde dónde vamos a recibir lecciones de ética y profesionalismo. Estamos en 2024, el mundo cambió. Por eso algunos emergen y otros se hunden en el más absoluto desprestigio.

A nuestra audiencia queremos decirle que no duden que el periodismo de RAYA llegó para quedarse por mucho tiempo. Estaremos abriendo cada puerta que nos permita crecer y conectarnos con nuevas audiencias. Defendemos lo público, lo que es de todos, y sobre ello vamos a seguir investigando sin temor alguno.
https://revistaraya.com/editorial-periodistas-de-la-fm-atacan-a-la-revista-raya-por-revelar-la-oscura-negociacion-del-virus-espia-pegasus.html

Periodistas de la FM atacan a la Revista RAYA por revelar la oscura negociación del virus espía Pegasus. Algunas reflexiones necesarias que solicitamos leer y difundir.

Derechos HumanosRAYUELA    Precariedad laboral y amenazas silencian la labor informativa en ColombiaVer más de: Rayuela ...
27/10/2024

Derechos HumanosRAYUELA

Precariedad laboral y amenazas silencian la labor informativa en Colombia
Ver más de: Rayuela Publicado: 06 Septiembre 2024
El 86% de los periodistas colombianos tiene estudios superiores, pero el 59,6% gana menos de 2 millones de pesos al mes, dice un informe reciente de la Defensoría del Pueblo. Esta precariedad, agravada por 332 agresiones en 2024, muchas perpetradas por funcionarios públicos, aumenta la autocensura y pone en riesgo la libertad de prensa en el país.

Por: David Alejandro Guarín Barrero

En el 2008 José Luis, un periodista con amplio recorrido, encontró trabajo en el noticiero de una emisora del FM de Fusagasugá. Sin embargo, le informaron que su sueldo dependería de lo que pudiera generar en pauta publicitaria, además del valor de los transportes. La situación se complicó cuando descubrió que los únicos anunciantes con capacidad de pautar estaban monopolizados por el director de noticias de la emisora.

Por otro lado, Juliana, dejó una reconocida emisora de un conglomerado de medios debido a los malos tratos. Durante dos meses soportó agresiones pasivas de su editora. Le pedían trabajar más de ocho horas diarias, la recriminaban por venir de una ciudad intermedia e incluso, en una ocasión fue regañada por no tener el contacto de una fuente que no cubría.

Estas historias ilustran lo que revela la Defensoría del Pueblo en su informe sobre las vulneraciones a los derechos humanos de los periodistas en Colombia en 2024. La encuesta, realizada a 370 periodistas de todo el país, expone la precaria situación laboral y económica de los profesionales del periodismo en Colombia, sino también las amenazas constantes que enfrentan en el ejercicio de su labor.

En cifras

El informe de la Defensoría revela que el 86% de los periodistas en el país cuenta con estudios superiores, pero solo el 50% posee un título de pregrado. A pesar de esta alta cualificación, un 59,6% de los encuestados reporta ingresos inferiores a 2 millones de pesos. Esta realidad no solo afecta su calidad de vida, sino que también limita su libertad para ejercer el periodismo sin temor a represalias económicas.

La Asociación de Facultades de Comunicación, Afacom, respalda estos hallazgos indicando que ¨una creciente y preocupante precarización de las condiciones laborales de los profesionales de la comunicación, y un atentado contra sus derechos como trabajadores. A la vez, se observan —al menos, en la población consultada— muy pocas posibilidades para el emprendimiento y la generación de nuevos negocios en el campo de la comunicación”. Además, Afacom subraya la falta de políticas estatales que fomenten proyectos productivos en comunicación o periodismo.

El periodismo aún es un riesgo para la vida de los periodistas

En Colombia, en lo corrido del 2024 se asesinaron dos periodistas. El último del que se tenga registro es Jaime Vásquez,un reconocido investigador de la corrupción en Norte de Santander. Como ya es costumbre, actores ilegales y poderosos evitan a toda costa que se conozcan los detalles de sus actividades ilícitas.

El informe de la Defensoría del Pueblo preocupa al reveral que uno de cada cinco periodistas encuestados manifestó haber sentido vulneraciones por parte de líderes políticos. Esta situación se agrava si se consideran las vulneraciones cometidas por funcionarios públicos y miembros de la fuerza pública, lo que representa casi un 50% de las agresiones, con el otro 50% perpetrado por grupos armados ilegales y delincuencia común. También destaca un pequeño porcentaje de agresiones provenientes de los propios empleadores dentro de los medios de comunicación.

La Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, ha documentado, durante el 2024, “332 agresiones contra la libertad de prensa en el país, entre los que se incluyen 43 estigmatizaciones, 133 amenazas y el as*****to de dos periodistas por ejercer su labor informativa. De todas estas agresiones, 81 fueron perpetradas por funcionarios públicos y 69 por grupos armados, en 21 de los 32 departamentos del país. Esto ubica a Colombia como uno de los países más peligrosos de América Latina para los periodistas¨, señala en un comunicado.

A pesar de la gravedad de la situación, casi la mitad de los periodistas víctimas de vulneraciones no denuncian los hechos. Según la Defensoría del Pueblo, esto se debe a que “las autoridades y los mecanismos de recepción de denuncias no son los apropiados. Ocurre mucho con periodistas amenazados en territorio para que les brinden atención”, afirmó Juan Carlos Castellanos, coautor del informe y defensor delegado para la protección de derechos humanos en ambientes digitales y libertad de expresión. Además, en el 55% de los casos, no se resuelven los problemas que enfrentan los periodistas.

Entre los periodistas, se percibe que las principales amenazas para el ejercicio de su labor son la falta de garantías laborales y la criminalidad. En muchas salas de redacción del país, la autocensura no se debe únicamente al temor de denunciar robos, corrupción o señalar a políticos.Esta censura está más relacionada con la inestabilidad laboral, la violencia pasiva y las condiciones precarias en las que se desarrolla la labor periodística.

Ante este panorama, no sorprende que la carrera de comunicación social y periodismo sea una de las carreras de las que más arrepentimientos genera entre sus egresados, como lo indica un estudio de la compañía de reclutamiento ZipRecruiter. Además, cada vez más estudiantes de comunicación optan por no dedicarse al periodismo, debido a que se perfila como una de las profesiones con menor salida laboral según un estudio de Afacom.

Aunque el periodismo en Colombia aún no está en crisis, la falta de condiciones laborales dignas y la ausencia de un Estado comprometido con la protección de sus periodistas podrían llevarlo a una crisis inminente. Sin garantías adecuadas, el futuro del periodismo y de quienes luchan por seguir informando a la sociedad en medio de todas las presiones está en peligro.

El 86% de los periodistas colombianos tiene estudios superiores, pero el 59,6% gana menos de 2 millones de pesos al mes, dice un informe reciente de la Defensoría del Pueblo.

De la revista RAYA:AnálisisSÍNTESIS    La trampa del paisaje cultural cañero: un monocultivo de impactos socioambientale...
27/10/2024

De la revista RAYA:
AnálisisSÍNTESIS

La trampa del paisaje cultural cañero: un monocultivo de impactos socioambientales enmascarado como patrimonio
Ver más de: Síntesis Publicado: 08 Septiembre 2024
La propuesta de cuatro alcaldes y una gobernadora de declarar el monocultivo de caña de azúcar como un idílico 'paisaje cultural' en el Valle del Cauca choca frontalmente con la realidad de un modelo productivo que ha devastado el medio ambiente y explotado a los trabajadores. Detrás de esta romantización de la caña, se esconde un aumento del 580% en el uso de fertilizantes en 62 años y una multiplicación por 5.4 de la huella hídrica. Esta iniciativa política busca disfrazar los intereses económicos de unos pocos como una supuesta riqueza cultural.

Por: Mario Pérez Rincón y Paula Álvarez Roa

“Un monocultivo como paisaje cultural, es como promover el consumo de azúcar como regulador de la glucemia”.

John Alexander Giraldo

A finales de agosto de 2024, han trascendido varias noticias en el marco de la COP 16, que se llevará a cabo en Cali el próximo mes de octubre. Una de ellas es que 85 países han confirmado su participación, lo que significa la presencia de cerca de 12 mil delegados, incluidos varios jefes de Estado. Además, se sumarán otros 10 mil efectivos encargados de la seguridad del evento, el cual, según ha señalado el gobierno nacional, tiene como objetivo "resaltar la diversidad ecológica y cultural del país".

Otra noticia es que, en el marco de la COP, alcaldes de cuatro municipios del Valle del Cauca —Candelaria (cuyo territorio está casi en su totalidad dedicado al monocultivo de caña), Florida, Pradera y, por supuesto, Cali—, apoyados también por la gobernadora, han planteado la intención de declarar el "Paisaje Cultural de la Caña de Azúcar" para que sea reconocido por la UNESCO.

Desde nuestra posición como estudiosos del tema y preocupados por este anuncio, quisiéramos recordar, tal como lo hicimos en 2008 y en años posteriores, las implicaciones socioambientales del monocultivo de caña de azúcar y lo que ha significado para la región en la que se extienden las 265 mil hectáreas sembradas en los departamentos del Cauca, Valle y Risaralda. Sea esta una invitación para retomar nuestro trabajo: “Deuda Social y Ambiental de la Caña de Azúcar en Colombia”, ampliamente conocido en diversos ámbitos y expuesto en distintos escenarios ante múltiples organizaciones ambientales, sociales, laborales y académicas a nivel nacional e internacional.

Existe suficiente evidencia científica y empírica sobre las consecuencias que los monocultivos, y en particular el de caña de azúcar, tienen para quienes trabajan, viven y dependen del campo. Entre los principales impactos se encuentran: la afectación a la soberanía alimentaria, la pérdida de biodiversidad, la crisis climática, el uso intensivo de agua y tierra, la desecación de humedales, la pérdida de la franja riparia de los ríos, la desertificación de suelos y la deforestación. Por otro lado, los efectos socioeconómicos incluyen conflictos por la propiedad de la tierra, desplazamiento interno y confinamiento de comunidades, quemas a cielo abierto, afectaciones a la economía campesina y el incremento de conflictos socioambientales. Estos temas han estado en el centro del debate público y político, especialmente en los departamentos del Valle del Cauca y el norte del Cauca, donde se concentra cerca del 80% del área cultivada de esta gramínea.

El monocultivo de caña de azúcar, destinado tanto a la producción de azúcar como de agrocombustibles, como el etanol, lleva años intentando mostrarse bajo un “ropaje verde” o como una solución al cambio climático. Según el gremio de Asocaña, el etanol contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la seguridad energética. Sin embargo, nuestros análisis señalan lo contrario: el uso del suelo ha cambiado radicalmente, sustituyendo la producción de alimentos y la preservación de ecosistemas que funcionaban como sumideros de carbono y soporte de biodiversidad, por enormes extensiones de monocultivos que requieren un uso intensivo de agua, territorio y energía fósil en forma de agroquímicos, fertilizantes y maquinaria. Este proceso ha generado importantes impactos en los ecosistemas regionales, incluyendo la reducción del bosque seco tropical, hoy en peligro de extinción, y la degradación de los humedales, además de la expansión del cultivo hacia las márgenes de los ríos.

Los datos de expansión del cultivo de caña de azúcar desde los años sesenta del siglo pasado hasta la actualidad evidencian una clara correlación entre el monocultivo y los impactos socioambientales. El área sembrada se ha multiplicado por 4.3, pasando de 61 mil a 265 mil hectáreas entre 1960 y 2022. Esto ha significado un incremento en la ocupación del valle geográfico del río Cauca (VGRC), del 14% al 60%, con las consecuentes repercusiones socioambientales. Además, la cantidad de agua utilizada en el cultivo, medida como el agregado de Huella Hídrica Verde y Huella Hídrica Azul, se ha multiplicado por 5.4, aumentando de 814 Hm³ (1 Hm³ = 1 millón de m³) a 4.431 Hm³, lo que ha incrementado la presión sobre el recurso hídrico y exacerbado la conflictividad ambiental relacionada con el agua.

El uso de fertilizantes necesarios para recuperar el potencial de fertilidad de la tierra deteriorada por el monocultivo es otro indicador importante de la presión ambiental sobre el territorio del VGRC, donde se siembra caña. La cantidad anual de Nitrógeno, Potasio y Fósforo pasó de 24.860 toneladas en 1960 a 144.400 toneladas, lo que representa un crecimiento del 580% en todo el periodo. Al sumar todos los fertilizantes aplicados al suelo en estos 62 años de análisis, el total asciende a 5,4 millones de toneladas, de las cuales una parte importante ha contribuido a la contaminación hídrica y del suelo durante este periodo.

Finalmente, es crucial examinar el impacto sobre la seguridad y soberanía alimentaria de nuestros territorios asociado al cultivo de caña de azúcar. El Valle del Cauca, que concentra el 61% (162 mil hectáreas) del área cultivada en la región, es uno de los departamentos que más depende de alimentos provenientes de otras zonas del país. Un estudio de la Universidad del Valle muestra que, al comparar los kilómetros recorridos por los alimentos para ser consumidos en Cali, Bogotá y Medellín, Cali registra los trayectos más largos. En 2017, los alimentos consumidos en Cali recorrían un promedio de 2.185 kilómetros, frente a los 1.706 km de Bogotá y 1.330 km de Medellín, lo que significa un 28% y un 64% más, respectivamente. Esto evidencia una mayor inseguridad alimentaria en la región.

Nuestros estudios también han revisado las condiciones laborales, mostrando que existe una deuda social y ambiental en la industria de la caña de azúcar con los trabajadores y la naturaleza. Constatamos que los pasivos en cuanto a su vida y dignidad humana eran enormes. Analizamos sus recibos de pago, modalidades de contratación, prestaciones sociales y, en general, sus condiciones laborales, particularmente las de los corteros de caña. Estos trabajadores están expuestos a laborar a la intemperie bajo altas temperaturas, realizando tareas como quemar caña y luego cortarla, enfrentándose diariamente a accidentes que incluyen desde la pérdida de falanges hasta cortes en el cuerpo por los machetes, lesiones en los ojos, y otras enfermedades ocupacionales producto del trabajo repetitivo.

Preocupa a un amplio sector de la sociedad, en el que nos incluimos, la propuesta de convertir esta región en "Paisaje Cultural de la Caña de Azúcar", ya que esto invisibilizaría las realidades previamente mencionadas. Bajo el pretexto del turismo, incluso el ecoturismo, los alcaldes y la gobernadora impulsan esta iniciativa en escenarios como la UNESCO, buscando obtener salvaguardias y rótulos de preservación. Sin embargo, esto sería un oxímoron para las Naciones Unidas, pues los monocultivos son contrarios al uso sustentable de los ecosistemas. Incluso desde un enfoque meramente paisajístico, el paisaje cañero no puede ser considerado un Paisaje Cultural, ya que:

No existe un desarrollo cultural social inherente al cultivo de caña, ni este ha representado una idiosincrasia para todos los integrantes de la sociedad valluna.
Los detrimentos directos e indirectos del monocultivo de caña son irreconciliables con el medio ambiente y los habitantes de la región.
La industria cañera no ha hecho aportes significativos en aspectos identitarios como la arquitectura, la cultura urbana o el vestuario, ni ha rescatado el patrimonio arqueológico y precolombino de la región.
El reconocimiento de un Paisaje Cultural debe basarse en la protección de la diversidad biológica, promoviendo el uso sostenible del agua y otros bienes ecosistémicos. En efecto, el monocultivo de caña no significa nada de esto, ni mejora la calidad de vida de las poblaciones aledañas; al contrario, atenta contra la biósfera, una preocupación central de la UNESCO. La contaminación resultante del uso de herbicidas, fertilizantes, las quemas a cielo abierto y la generación de enfermedades respiratorias son solo algunas razones por las cuales esta declaratoria carece de sentido.

Finalmente, no se puede ignorar que el alcalde de Cali proviene de una familia tradicionalmente ligada al negocio cañicultor. Durante 160 años, la familia Eder, con su Ingenio Manuelita, ha construido un imperio cañero, y hoy busca que su negocio se incluya en una "ruta turística" respaldada por la UNESCO. El alcalde de Cali utiliza su poder para intentar darle un nuevo sello, esta vez de "Paisaje Cultural", a un negocio familiar que por generaciones ha generado críticas, buscando borrar cualquier objeción al monocultivo. Este sería un triunfo no solo económico, sino también simbólico y material.

Por todas estas razones, la propuesta del “Paisaje Cultural Cañero” en el Valle del Cauca resulta un despropósito, un contrasentido y una trampa de ciertos políticos y empresarios que intentan vender el impacto negativo del monocultivo como si fuera un dulce manjar. Todo esto, en el marco de la COP, cuyo propósito es precisamente la conservación y protección de la biodiversidad en el mundo. “Es indignante que un símbolo de esclavitud y de la política colonial de dominación cultural de las élites sea rehabilitado bajo el falso naturalismo de un paisajismo industrial azucarero” (John Alexander Giraldo, intervención en foro de discusión).

La propuesta de cuatro alcaldes y una gobernadora de declarar el monocultivo de caña de azúcar como un idílico 'paisaje cultural' en el Valle del Cauca choca frontalmente con la realidad de un modelo productivo que ha devastado el medio ambiente y explotado a los trabajadores

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