15/07/2025
Bodas de Oro Albornocinas
Por Irma Zambrano
En un día como hoy, 15 de julio de 1975, el pueblo ancuyano y quince hogares, se vistieron de fiesta y de gala, al celebrar por vez primera los grados de bachilleres de siete mujeres y ocho hombres, que llevaron en alto el nombre de su terruño, de sus maestros y del plantel que los formó para que sean personas de bien y orgullo de la sociedad ancuyana.
Hoy, al celebrar las bodas de oro, recordarán con gratitud a sus profesores, que sembraron en sus mentes la miel del saber, y luego volaron hacia nuevos horizontes, para convertirse en grandes profesionales que dan gloria y honor a su pueblo que los vió nacer.
Han pasado cincuenta años, algunos disfrutan de un descanso vitalicio; y otros se nos adelantaron y emprendieron ese viaje sin regreso y gozan del descanso eterno en la gloria de Dios.
Los primeros bachilleres del Colegio Carlos Albornoz Rosas fueron:
Acosta Vera Guillermo.
Andrade Solarte María Graciela.
Caicedo Tomás Rafael.
Calvache Jurado Gildardo Adalberto.
Egas Bacca Martha.
Leytón Portilla Pedro Gildardo.
López Melo Gladis.
Lucero Zambrano Ruby Zoraida.
Montenegro Álava Luis Alfonso.
Palacios Moreno Gilberto Giomar. (q.e.p.d.)
Palacios Moreno Gloria Oneida.
Pantoja Luna Maria Melba.
Portilla Caicedo Álvaro Enrique. (q.e.p.d.)
Portilla Caicedo Fider Hernando.
Romo Delgado Ritha Nelly. (q.e.p.d.)
Para los presentes muchas felicidades; y para los ausentes una oración ferviente.
Quince flores albornocinas
Sobre el surco de nobles ancestros
que soñaron un gran ideal,
se construyó un templo sagrado
donde brilló la luz y saber inmortal.
A las puertas llegaron buscando
como abejas de un colmenar,
el néctar de ciencia y trabajo
para en un futuro llegar a triunfar.
Jardineros de alto renombre
cultivaron las flores y el colmenar,
esparcieron las semillas fértiles
sobre el campo a cultivar.
En el jardín de lirios y rosas
buscan ciencia, luz y saber,
como abejas inquietas y dóciles
anhelando luchar y vencer.
Ya culmina la etapa soñada
está lista la primera promoción,
quince flores adornan el ambiente
entre música, flores, luz y canción.
Vivas y aplausos con gran emoción
el pueblo ancuyano se viste de gozo,
celebrando alegres el triunfo soñado
saludos y abrazos con mucho alborozo.
Una nube gris, oscurece el espacio
en medio de fiesta, música y flores,
opaca el ambiente lleno de alegría
trayendo tristeza y muchos dolores.
Era un día quince del mes de julio
donde el astro rey anunciaba el verano,
eran días felices colmados de amor
fiesta inolvidable del pueblo ancuyano.
Ha pasado medio siglo tan rápido
Hoy se celebran sus bodas de oro,
algunos vuelven donde fue su colmenar
recordando el recinto su mejor tesoro.
Fueron dias felices los que siguieron
de mucho festejo llenos de emoción,
de gran regocijo entre familiares
que llegaron de lejos para la ocasión.
Les brilló la aurora al amanecer
el bello horizonte les señaló el camino,
cada quien tomó un rumbo diferente
siguiendo la ruta que le marcó el destino.
Grandes intelectos recorren el mundo
dando a su terruño la gloria y honor,
dejando en alto el nombre de Ancuya
de aquellos que brindaron cariño y amor.
Muchos hoy recorren pueblos y ciudades
compartiendo ciencia, amor y saber,
a otros el destino les negó el regreso
porque alzaron el vuelo para jamás volver.
Cincuenta años pasaron de prisa
dejando recuerdos en la memoria,
de aquellos protagonistas leales y fieles
que hoy forman las páginas de la historia.
Vivas y aplausos para todos ellos
que formaron parte de la Institución,
que dejaron huellas en las grandes aulas
ellos vivirán por siempre en el corazón.