18/08/2025
ISAÍAS 53:4
EL LLEVO Y SUFRIO TODAS MUESTRAS ENFERMEDAD Y DÓLARES EL SEÑOR JESUCRISTO DIOS MANIFESTADO EN CARNE.
El texto dice: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido."
REFLEXIÓN SOBRE ESTE VERSÍCULO:
Esta reflexión nos lleva a la pregunta: ¿Reconocemos la magnitud de lo que Él hizo por nosotros? ¿O seguimos viendo su sufrimiento como algo distante, sin comprender que fue una carga que Él llevó por ti y por mí?
EL PESO QUE Él CARGÓ
La primera parte del versículo nos revela una verdad asombrosa:
Jesús cargó con nuestras ENFERMEDADES Y DOLORES.
A menudo, pensamos en su sacrificio como algo que solo trata con el pecado, pero este versículo nos muestra que abarca mucho más.
Se refiere no solo a las enfermedades físicas, sino también a las dolencias del alma: la tristeza, la angustia, el dolor emocional y el sufrimiento que enfrentamos en la vida. Jesús, en su infinita compasión, tomó sobre sí todo ese peso. No lo hizo por un pecado propio, ya que no tenía ninguno, sino por los nuestros.
NUESTRA PERCEPCIÓN EQUIVOCADA
La segunda parte del versículo expone la cruda ironía de la situación:
"nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido."
Esto nos enseña algo importante sobre la condición humana. A menudo, no logramos ver la verdad completa. Juzgamos por las apariencias y no entendemos el sacrificio o la profundidad del amor que se nos está mostrando.
UN AMOR QUE TRASCIENDE
En última instancia, Isaías 53:4 nos revela el corazón del evangelio. El sufrimiento de Cristo no fue un accidente ni un castigo merecido. Fue un acto de amor supremo, donde el inocente tomó el lugar del culpable. Él llevó el peso que nos correspondía, no solo el de nuestros pecados, sino también el de nuestras p***s y dolencias.