15/11/2025
🚨“Tr4gedi4 en Guaviare: B0mb4rde0 contra Iván Mordisco desata indignación por la muerte de seis menores”🔥
El reciente b0mb4rde0de las Fuerzas Militares contra un campamento de las disidencias de las FARC, lideradas por alias Iván Mordisco, en zona rural del Guaviare, volvió a encender un debate nacional que mezcla dolor, cuestionamientos éticos y un profundo choque político. La operación, que según información oficial dejó más de veinte mu3rt0s, confirmó la presencia de seis menores de edad entre las víctimas, hecho que detonó el rechazo de organizaciones de derechos humanos, voces expertas y sectores de oposición.
La Defensoría del Pueblo confirmó la mu3rt3 de los seis menores, quienes habían sido reclutados por la estructura criminal. Sin embargo, la entidad recordó que, bajo el Derecho Internacional Humanitario, incluso si los niños se encuentran dentro de un grupo arm4d0 ilegal, siguen siendo sujetos de protección especial, lo que exige extremar precauciones en cualquier acción militar que pueda afectarlos.
Diversos sectores señalaron que la operación abre dudas sobre la proporcionalidad del ataque, especialmente en un contexto donde es ampliamente reconocido el reclutamiento forzado de menores por parte del grupo que lidera Mordisco. Analistas y defensores de derechos humanos han insistido en que el Estado debe encontrar métodos operacionales que reduzcan al máximo la posibilidad de afectar a niños involucrados —muchas veces a la fuerza— en actividades de guerra.
La controversia creció aún más porque críticos recordaron tuits pasados del presidente Gustavo Petro, en los que él mismo condenaba con firmeza la muerte de niños en b0mbarde0s cuando no era jefe de Estado. En uno de ellos afirmaba:
> “El asesinat0, reclutamiento y asesinat0 sistemático de menores de edad es un crimen contra la humanidad en cualquier lugar del mundo.”
En otro mensaje, de años previos, cuestionaba ataques aéreos en los que podían verse afectados menores o personas que consideraba en condición de indefensión, lo que la oposición ha usado para señalar inconsistencias entre su postura pasada y su decisión actual de autorizar bombardeos que terminan afectando a menores reclutados.
El gobierno, por su parte, ha defendido la operación. El presidente Petro lamentó públicamente la muerte de los menores, pero justificó el ataque asegurando que se tomó bajo un “riesgo necesario” para evitar bajas de soldados que, según inteligencia, podían ser emboscados por al menos 150 hombres de la estructura de Mordisco. También hizo un llamado a los jóvenes reclutados por grupos ilegales a “escapar” y aseguró que “siempre tendrán una mano amiga para ayudarlos”.
Pese a la defensa oficial, el episodio deja nuevamente en evidencia el difícil equilibrio entre la obligación del Estado de combatir estructuras criminales responsables del reclutamiento de menores y su deber de salvaguardar la vida de esos mismos niños atrapados en la guerra. Una tensión que no solo desnuda la complejidad del conflicto, sino que también expone la distancia entre los discursos del pasado y las decisiones que exige el poder cuando la vida —especialmente la de los más vulnerables— está en juego.