18/09/2025
🚨ATENCIÓN🚨Milagroso de San Benito, escucha nuestra plegaria
Por Manuel Medrano
Ni el milagroso de la Villa de San Benito ha podido impedir que Manuel Cadrásco y su familia se adueñen del pueblo. Tres veces ha sido alcalde y dos veces lo ha sido también su cuñado, Pedro Tomás Martelo. El visitante que llega al Señor de los Milagros se encuentra con un panorama desolador: en épocas de invierno, las calles parecen canales donde los habitantes deben usar pequeñas barcas para moverse y los caballos quedan atascados en el barro. El alcantarillado sigue inconcluso y el acueducto nunca se ha construido.
Los sanbenitinos se han acostumbrado a vivir así, resignados, renunciando a la calidad de vida que merecen.
La escultura del Cristo milagroso llegó a San Benito en 1678, enviada desde España por don Francisco Figueroa y Barrantes. Tallada en madera negra, pronto su fama se extendió por toda la región, atrayendo romerías de fieles que acudían a pedir favores y regresaban a dar gracias por los milagros recibidos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, San Benito sigue esperando que el Cristo Milagroso se apiade de su pueblo y lo libere de la clase politiquera que lo mantiene estancado.
La historia reciente es elocuente. En una ocasión, 160 maestros llegaron a acumular diez meses sin recibir su salario. Sesenta empleados de la administración local debieron esperar hasta que otro alcalde, ajeno a la corriente de Cadrásco, asumiera el poder y les cancelara lo que se les debía. Ese mismo mandatario indemnizó a cincuenta de los sesenta funcionarios que encontró, dejando apenas diez en sus puestos.
No es un mal exclusivo de San Benito. Muchos municipios de Sucre padecen de “alcalduchos calienta sillas”, que llegan al cargo pensando únicamente en comprar fincas y ganado.
La fe del pueblo sigue intacta, pero la paciencia se agota. El Cristo Milagroso puede escuchar plegarias, pero son los ciudadanos quienes deben decidir si permiten que la corrupción siga marcando el destino de San Benito y de Sucre. Porque mientras unos pocos se enriquecen, todo un pueblo reza por un milagro que en realidad depende de la voluntad y la dignidad de su gente.