26/08/2025
25 años del Jardín Botánico de Tabio, un cuarto de siglo floreciendo vida.
En el corazón de Tabio, un pueblo de aguas termales y montañas verdes, existe un lugar donde la naturaleza parece hablar.
El Jardín Botánico de Tabio, es muy visitado para aprender sobre las plantas nativas, pero pocos saben que este espacio guarda una historia que se entrelaza con la sabiduría ancestral y los mitos muiscas.
Dicen los abuelos que antes de ser un jardín, era una colina donde existían plantas medicinales y que también era usado como sitio ceremonial. Allí los muiscas pedían permiso a Sué (el sol) y a Chía (la luna) antes de recoger plantas sagradas como el borrachero o el yopo.
Las aguas termales eran parte del ritual, primero se bañaban en ellas para purificar el cuerpo, y luego subían al monte a buscar remedios para el espíritu.
Cuando llegaron los españoles, muchos de esos saberes se ocultaron. Sin embargo, las curanderas de Tabio siguieron transmitiendo en secreto el arte de las plantas medicinales.
El jardín moderno empezó a formarse a finales del siglo XX, cuando un grupo de maestros y campesinos decidió que no se podían perder las semillas nativas.
Su creación tuvo un propósito claro y profundo, proteger y difundir la flora y fauna nativa de la región, recordando que en cada semilla y en cada ave que vuela libre se guarda un tesoro ancestral.
Así nacieron los primeros viveros de manzanilla, sábila, diente de león y cientos de plantas medicinales y nativas, poco a poco se convirtió en un centro educativo,
Desde entonces, el jardín ha florecido como un espacio único donde el visitante puede recorrer senderos, escuchar historias de las plantas curativas, árboles nativos, las abejas meliponas y colibrís.
Allí, la vida se refleja en el lago sereno, que atrae aves y espejea los atardeceres de la sabana, invitando a la calma y la contemplación.
Y como guardianes silenciosos, se alzan las tres caras gigantes en hormigón, esculturas que parecen vigilar los senderos y que recuerdan la fuerza del espíritu humano unido a la naturaleza. Son símbolos de la memoria y la identidad, puntos de encuentro entre el arte y el paisaje.
Hoy en día el Jardín Botánico de Tabio no solo es un sitio de conservación, sino también un puente entre tiempos, el eco de los chamanes muiscas, la voz de los abuelos campesinos y el conocimiento científico actual conviven entre flores, colibríes y hierbas de mil usos.
Hoy, tras 25 años de historia, el Jardín Botánico de Tabio es más que un espacio natural, es un aula viva donde se enseña el valor de cuidar lo propio, un refugio para las especies que habitan y un regalo para quienes buscan reencontrarse con la tierra.
✨ Que este aniversario sea una invitación a seguir sembrando futuro, para que las generaciones venideras hereden un Tabio donde la naturaleza siempre florezca.
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