08/09/2025
🔴 La historia del alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, ha dado un giro tan radical que hoy genera más preguntas que certezas. En 2023, durante su campaña, relataba que vivía en arriendo en un barrio de estrato 2, sin carro ni moto, y que en ocasiones no tenía dinero ni para pagar un recibo de $23 mil. Ese discurso de austeridad y sencillez lo catapultó en las urnas con 27.330 votos, equivalentes al 31,5 % de la votación.
Sin embargo, a menos de dos años de asumir la alcaldía, documentos de la Superintendencia de Notariado y Registro revelan que Krasnov figura como propietario de un apartamento y un garaje en la calle 85 de Bogotá, con un valor cercano a los $1.000 millones. También adquirió una moto Yamaha Virago y ha realizado varios viajes internacionales, lo que contrasta con la imagen de “hombre humilde” que vendió a los tunjanos.
Las cuentas no cuadran. Aun si ahorrara la totalidad de su salario como alcalde, estimado en unos $20 millones mensuales, en 19 meses apenas habría acumulado $380 millones, lejos de lo que costan las adquisiciones.
A este panorama se suman sus líos legales: en marzo, el Tribunal Administrativo de Boyacá declaró la nulidad de su elección y en agosto de 2025 la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó por 14 años, tras comprobar que, pese a un contrato con la UPTC que lo inhabilitaba, se postuló y asumió la alcaldía.
El caso alimenta la percepción de presunto enriquecimiento ilícito y de que Krasnov habría utilizado su posición de poder para obtener beneficios personales. Hoy, la ciudadanía exige transparencia y que el alcalde haga públicas sus declaraciones de renta de los últimos tres años.
Este texto incluye fragmentos de la columna de opinión escrita por Jhonathan Leonel Sánchez Becerra, publicada en el periódico El Diario de Boyacá.