02/11/2025
El majestuoso Malecón de Puerto Boyacá, anunciado hace años como el proyecto que transformaría la ribera del Magdalena, terminó hundido en un mar de irregularidades, grietas y sospechas. Y todo porque pasó de ser promesa del orgullo turístico y urbanístico del municipio a ser el símbolo más visible de la mala planeación, el despilfarro y la falta de control sobre las regalías que debían impulsar el desarrollo de la zona.
El más reciente informe de la Contraloría General de la República, a través de su Unidad de Regalías, confirmó lo que varios concejales venían advirtiendo desde hace tiempo: hallazgos fiscales por $23.376 millones en la ejecución del proyecto de construcción del muro de contención y el malecón sobre el río Magdalena. La investigación reveló una cadena de deficiencias técnicas, incumplimientos contractuales y debilidades administrativas que hoy, comprometen directamente la estructura, la calidad y la funcionalidad de la obra.
“... En mayo de este año se hizo una visita a la Contraloría que solicitamos los concejales de la oposición al gobierno municipal... en base a esa visita, hoy nos entregan el informe del hallazgo por esta millonaria suma de nuestras regalías que desde hace tres años están muy herida”, aseguró el concejal Juan David Ramírez Galvis ante un medio de comunicación, uno de los denunciantes más insistentes frente a las irregularidades del proyecto.
El concejal, que ya había advertido sobre las falencias en los estudios previos, afirmó que los $4.500 millones invertidos en esa etapa se ejecutaron “a la ligera”, con documentos copiados y sin rigor técnico. “Yo conocí los estudios y diseños, conocí de las deficiencias estructurales en la etapa de planeación y sabía qué iba a pasar. Yo lo denuncié, lo anuncié y lamentablemente en ese tema no se pudo hacer más, pero sabía que era una crónica, una muerte anunciada”, manifestó.
El malecón —que sería el epicentro del turismo y la reactivación económica local— hoy permanece abandonado desde abril de 2024, con recursos congelados desde agosto del mismo año, tras las gestiones del Concejo y la suspensión de giros ordenada por el Departamento Nacional de Planeación DNP.
La investigación también apunta a responsabilidades compartidas. Aunque la obra pertenece a la administración pasada, el actual alcalde —quien fue secretario durante ese periodo y hombre de confianza del entonces mandatario Jicly Edgardo Mutis Isaza— conocía el desarrollo del contrato desde sus inicios. “Él hizo parte de la administración pasada, fue secretario de la administración pasada y justamente cuando pagaron el anticipo del Malecón y de las viviendas millonarias, él era el candidato del alcalde anterior. Entonces ahí queda en entredicho la posición del alcalde, porque acá corrió en campaña ríos de dinero, que vaya a saber usted de dónde provenía”, señaló el cabildante.
Los hallazgos de la Contraloría son más que claros: fallas en los diseños estructurales, mala calidad en los materiales, incumplimiento de especificaciones técnicas, pérdidas de recursos por anticipos sin control y vulneración del principio de planeación que exige la evaluación integral de viabilidad técnica, ambiental, jurídica y financiera. En total, el ente de control constituyó cinco hallazgos administrativos, cinco disciplinarios, uno penal y dos fiscales que comprometen la transparencia de los fondos públicos.
Hoy el Malecón es el espejo del costo que tiene la improvisación política: pasar de ser una vitrina de progreso a ser una vitrina del despilfarro.