
05/07/2025
En estos tiempos de incertidumbre, he estado preparando el terreno para mi terraza. Una de las labores más arduas es la de cavar la tierra. Exige largas horas, desgasta, consume tiempo y requiere energía desmedida. Si nunca has emprendido un proyecto de jardinería, déjame decirte que es una tarea monumental. Pero al concluir, qué maravilloso es disfrutar del resultado de tanto esfuerzo.
Después de cavar, tenía que rastrillar para limpiar el área, recoger la tierra sobrante, colocarla en una carretilla y llevarla al otro lado de la casa. Repetir este proceso una y otra vez es extenuante, pero es la determinación de continuar lo que te lleva a cruzar la meta. En algunas partes tuve que cavar más de una vez, ya que el terreno no estaba nivelado y aún había hierbas y raíces que requerían más esfuerzo para ser extraídas. De vez en cuando, miraba hacia atrás para ver el progreso alcanzado, aunque todavía quedaba mucho por hacer.
Dios está cavando el terreno dentro de nosotros, en nuestros corazones ❤️ y mentes. Él está desarraigando aquellas cosas que se han incrustado en nosotros desde la infancia. El rencor hacia quienes nos han lastimado y causado dolor. Él está extirpando esas imágenes negativas y palabras que nos han marcado. Todo esto forma parte de Su propósito y plan para que caminemos en total victoria, para que seamos íntegros y libres, de modo que podamos cumplir nuestro propósito en Él.