Pitrincha Y Firufina

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Esta es la mejor selección de los peores chistes que hemos encontrado circulando por Internet para que pases un buen rato entre la risa y el llanto de lo malos que son

23/07/2025

En un rincón perdido del océano, donde el cielo abraza el mar y el tiempo parece detenerse, dos niños quedaron atrapados...
15/07/2025

En un rincón perdido del océano, donde el cielo abraza el mar y el tiempo parece detenerse, dos niños quedaron atrapados en una isla olvidada por el mundo. Sin quererlo, el destino los apartó de la civilización y los lanzó a una nueva vida. Allí, lejos del bullicio de la ciudad, del juicio humano y de las estructuras sociales, floreció una historia que desafió las normas, el entendimiento y el tiempo. Esta es la historia de Richard y Emelyn: una historia de supervivencia, crecimiento, descubrimiento... y amor. Un amor que nació puro, se desarrolló con la inocencia y creció con la fuerza de la naturaleza misma.

El Inicio de una Travesía Inesperada

Todo comenzó con una travesía por mar. Richard, de apenas 9 años, viajaba rumbo a San Francisco con su padre y su prima Emelyn, una niña de 7 años de ojos curiosos y alma libre. La vida les había arrebatado a sus padres, y el tío Arthur, padre de Richard, había asumido la responsabilidad de cuidarlos. En la embarcación también estaba Paddy, el cocinero, un hombre rudo pero con cierta calidez, que pronto se volvería una figura esencial en sus vidas.

Una noche, mientras la calma del mar meciía el barco, una tragedia inesperada los alcanzó: un incendio violento envolvió la nave. En medio del caos y el humo, Paddy rescató a los niños y huyó con ellos en un bote salvavidas. Nunca imaginaron que ese sería el último momento en que verían a Arthur y al resto de la tripulación.

La Isla Olvidada

Tras horas a la deriva, la marea los llevó a una isla solitaria. El paisaje era paradisiaco: arenas doradas, vegetación frondosa y un cielo de un azul casi irreal. Pero el paraíso escondía también peligros. Sin otra opción, se instalaron cerca de una fuente de agua dulce y comenzaron a adaptarse. Paddy, con su conocimiento del mundo, enseñó a los niños a pescar, encender fuego y construir un refugio.

Richard y Emelyn, a pesar de su corta edad, comprendieron que habría que madurar rápido si querían sobrevivir. Con el paso de los días, la isla dejó de ser extraña y comenzó a sentirse como un hogar.

La Inocencia Bajo el Sol

Los años pasaron. Richard y Emelyn se transformaron de niños en adolescentes. El tiempo los había moldeado, bronceado sus pieles, fortalecido sus cuerpos. Pero la inocencia seguía viva. No conocían otra cosa que la isla, el mar, las estrellas y el uno al otro. Eran dos almas creciendo juntas, descubriendo su entorno y comenzando a descubrirse a sí mismos.

Un día, Emelyn notó sangre en el agua mientras nadaba. Desconcertada y asustada, creyó estar herida. Fue su primer ciclo menstrual, pero ni ella ni Richard sabían lo que significaba. La confusión los hizo discutir, alejarse, pero también los hizo preguntarse por qué sus cuerpos cambiaban y por qué, al mirarse, el corazón les latía con fuerza.

El Misterio del Otro Lado

Desde su llegada, Paddy había advertido que no cruzaran al otro lado de la isla. Decía que algo allí no andaba bien. Tras su muerte, los niños cumplieron esa promesa... por un tiempo. Pero la curiosidad es inherente a la juventud, y un día Emelyn cruzó. Encontró una escultura misteriosa, casi sagrada, cubierta por un líquido rojo. Asustada, creyó haber visto a Dios.

Richard se enfadó. Las reglas eran pocas, pero importantes. La confianza también comenzaba a tambalearse. Sin embargo, el corazón es más fuerte que la razón, y en las noches, frente a la hoguera, se buscaban con la mirada. Las manos se rozaban. Las emociones crecían.

Un Amor que Despierta

Fue una tarde tibia, bajo el cielo anaranjado del atardecer. Richard tomó la mano de Emelyn. Le dijo que no la dejaría nunca. La besó. Por primera vez, sintieron el fuego que había estado latiendo en silencio. El amor no necesita explicaciones cuando se siente con el alma.

El deseo nació. El cuerpo, instintivamente, sabía lo que quería. Pero el corazón estaba lleno de dudas. Emelyn se alejó. Aún no estaba lista. Y Richard, confuso, también se sintió perdido. Comenzaron las primeras peleas, las palabras impensadas, las emociones a flor de piel. Y sin embargo, cada noche, se seguían buscando.

La Vida que Florece

Unos meses después, Emelyn empezó a sentirse distinta. El cansancio, las náuseas, un peso en su vientre. No sabían lo que ocurría, pero algo creía dentro de ella. Richard lo sintió. Lo escuchó. La vida había germinado.

Cuando el dolor del parto llegó, el cielo se cubrió de nubes. La isla entera pareció contener la respiración. Y entonces, un llanto rompió el silencio. Era un niño. Su hijo. Lo llamaron Paddy, en honor al hombre que los había salvado.

Padres del Mundo Salvaje

Ninguno sabía cómo criar a un bebé. Intentaron con frutas, agua, abrazos. Fue el instinto de Emelyn, al acercar al niño a su pecho, lo que los guió. Richard la observaba con admiración. Habían pasado de ser niños a padres. De aprendices a protectores de una nueva vida.

Años pasaron. Paddy creció fuerte, alegre, curioso como sus padres. Nadaba con agilidad, reía con libertad. La pequeña familia encontraba en la isla todo lo que necesitaba. Richard y Emelyn se amaban, sin etiquetas ni juicios. Se habían elegido, en libertad, bajo el cielo, entre palmeras y corales.

El Retorno del Pasado

Un día, el horizonte trajo una silueta conocida. Era un barco. Y en él, el padre de Richard. Había buscado durante años. Pero al ver a los tres, cubiertos de barro, transformados por la naturaleza, no los reconoció. Se fue, creyendo que su hijo y su sobrina se habían perdido para siempre.

Ellos no lloraron. No se lamentaron. Su hogar era la isla. Su vida, su mundo, estaba allí. Volvieron a visitar la vieja cabaña, los lugares donde habían jugado de niños. Era su forma de cerrar un círculo.

La Prueba Final

El destino, sin embargo, aún tenía un último reto. Mientras jugaban en el bote, Paddy el pequeño tomó unas vallas venenosas. Sin saberlo, su inocencia lo puso al borde de la muerte. Desesperados, Richard y Emelyn hicieron lo que una vez Paddy adulto había hecho: comieron las vallas también, listos para partir juntos.

Pero el cielo tenía otros planes. El barco del padre regresó. Encontraron a los tres dormidos. Creyeron que habían mu**to. Pero no. Respiraban. Dormían, abrazados, como familia.

EPÍLOGO: El Amor que Sobrevive

La historia de Richard y Emelyn es una historia fuera del tiempo, donde el amor no fue aprendido, fue descubierto. Donde la vida nació de la ternura, la compasión y la entrega mutua. En una isla perdida, floreció la humanidad más pura.

Y así, en la vastedad del océano, más allá del horizonte, dos niños crecieron, amaron y sobrevivieron, recordándonos que, a veces, el verdadero paraíso no es un lugar... es una persona.

26/06/2025
🔥Dos Chicas, Un Corazón… y un Chisme que lo Cambió Todo🔥¿Alguna vez has visto cómo el amor se convierte en guerra?Esta e...
26/06/2025

🔥Dos Chicas, Un Corazón… y un Chisme que lo Cambió Todo🔥

¿Alguna vez has visto cómo el amor se convierte en guerra?
Esta es la historia de dos chicas que eran inseparables... hasta que un chico cambió sus vidas para siempre. Una historia de traición, celos, y un juego peligroso donde la verdad y la mentira se entrelazan. Si alguna vez creíste que el amor es solo cosa de dos, esta historia te hará pensar diferente.

Todo comenzó en la universidad.
Camila y Valeria eran más que amigas: eran hermanas de otra madre. Iban juntas a clase, compartían ropa, secretos y hasta sueños. Se cuidaban, se reían, lloraban y se prometieron jamás dejar que ningún chico las separara.

Pero como suele pasar... la vida tenía otros planes.

Él apareció un día cualquiera: Alejandro.
Alto, atractivo, de sonrisa misteriosa y mirada que derretía hasta el hielo más grueso. Las dos lo notaron. Las dos lo querían. Pero ninguna lo dijo en voz alta… al principio.

Camila fue la primera en acercarse. Su estilo era directo, confiado, explosivo. A los pocos días, ya estaba saliendo con Alejandro. Y aunque Valeria sonreía por fuera, por dentro ardía en silencio.

¿Has sentido alguna vez esa punzada de traición disfrazada de cortesía?
Eso sentía Valeria cada vez que veía a su “mejor amiga” tomarse selfies con él, cada vez que los escuchaba reír por teléfono, cada vez que Camila llegaba a clase con ese brillo en los ojos que sólo el amor da.

Hasta que una noche todo explotó.

El chisme nació como un susurro… y se convirtió en tormenta.

Valeria, rota por dentro y cegada por los celos, empezó a inventar rumores. Le dijo a todos que Camila había engañado a Alejandro con un profesor. Que solo estaba con él por interés. Que era falsa.

Camila lo negó, pero el daño estaba hecho. Alejandro empezó a dudar. Las miradas cambiaron. La confianza se desmoronó.

Y un día, sin previo aviso, Alejandro desapareció de la vida de ambas.

¿Te has dado cuenta cómo un chisme puede destruir todo en segundos?
Las dos chicas se enfrentaron en medio del campus. Gritos, lágrimas, acusaciones. Se dijeron cosas que jamás se podrían borrar. Se rompieron. Se odiaron.

Y entonces... la verdad salió a la luz.

Alejandro tenía novia en otra ciudad. Siempre la tuvo.

Nunca estuvo realmente enamorado de ninguna de las dos. Para él, todo fue un juego. Una distracción. Un capricho.

Camila y Valeria se habían destruido mutuamente por alguien que nunca valió la pena. Dos amigas que se traicionaron por un amor que jamás existió.

¿Quién fue la verdadera culpable? ¿La que se enamoró primero o la que sembró el veneno?

La historia no termina con reconciliación. No hay final feliz. A veces, el daño es tan profundo que ni el tiempo puede reparar.

Camila se fue de la universidad. Valeria cambió de carrera. Nunca más se volvieron a ver.

Pero hoy, años después, esta historia aún se cuenta entre sus antiguos compañeros.
Como una advertencia. Como una reflexión.
¿Cuántas amistades se han destruido por el ego, la envidia o el deseo?
¿Cuántas veces has dejado que un impulso momentáneo arruine lo que más querías?

Tal vez, antes de hablar, debemos pensar.
Tal vez, antes de desear, debemos analizar.
Y tal vez, solo tal vez, debemos aprender a valorar más a las personas que nos aman de verdad… antes de que sea demasiado tarde.

¿Y tú? ¿Has vivido una historia parecida? ¿Elegirías el amor o la amistad? ¿Qué harías si estuvieras en los zapatos de Camila… o de Valeria?

Déjanos tu comentario. Tu experiencia puede hacer que otros no repitan la historia.
Porque a veces, una historia no contada… se repite.

📢 historia:

19/06/2025
**LA VENGANZA FRÍA**  Esa noche había preparado todo. Velas aromáticas, aceites de masaje, el playlist más sensual de Fa...
23/05/2025

**LA VENGANZA FRÍA**

Esa noche había preparado todo. Velas aromáticas, aceites de masaje, el playlist más sensual de Faraón Love Shady sonando de fondo. Mi novia, Sofía, estaba recostada en la cama, sonriendo con esa mirada de *"hoy me voy a portar mal"*. O eso pensé.

Empezamos con caricias, manos por todos lados: sus tetas, sus nalgas, ella jugueteando con mis bolas como si fueran de *stress*. Yo, más duro que examen de matemáticas, listo para la acción. Y entonces… llegó el golpe bajo.

—*"Ahorita no tengo ganas, mi amor… solo quiero que me abraces"* —dijo, con una sonrisa cínica que me hizo ver estrellas de la ira.

—**¿QUÉEEEE?** —exploté, sintiendo cómo la sangre me hervía en las venas.

Y entonces, como si fuera poco, soltó la frase que todas usan cuando quieren jugar sucio:

—*"Es que no sabes conectar con mis necesidades emocionales como mujer"*.

**¡NO. JODAS.**

Cerré los ojos, respiré hondo y, sin decir nada, me levanté. Apagué las velas como si estuviera desconectando una bomba, borré el playlist romántico y me metí a la ducha con agua tan fría que hasta el diablo hubiera dicho *"ya, tranquilo"*.

Pero esto no quedaba así.

# # # **LA TRAMPA PERFECTA**

Al día siguiente, Sofía estaba emocionada.

—*"Vamos al centro comercial, necesito unas cosas"* —dijo, con esa voz dulce que solo usaba cuando quería algo.

Yo, con una sonrisa tranquila, asentí.

—*"Claro, mi amor. Toma todo lo que quieras"*.

Y vaya que lo hizo. **5 vestidos, 4 pares de zapatos, sostenes, pantalones, faldas, zapatos de goma, ropa de tenis (siendo que la última vez que corrió fue para no perder el Uber), chaquetas con plumas de *"diseñador"*, carteras que costaban más que mi sueldo.**

La vi feliz, sonriendo como niña en Disney, acariciando cada prenda como si fuera un trofeo. Entonces, con voz melosa, me dijo:

—*"Ven, papito lindo, mi gordo hermoso… vamos a pagar"*.

**Era mi momento.**

Justo cuando faltaba una persona para llegar a la caja, la miré fijamente y solté:

—*"No, mi amor… creo que *ahorita* no tengo ganas de comprar eso"*.

**El mundo se detuvo.**

Su sonrisa se congeló. Sus ojos se abrieron como platos. La piel se le puso pálida, como si un vampiro le hubiera chupado la sangre. Noté cómo la parte izquierda de su cuerpo se paralizó, como si le hubiera dado un mini-derrame. Un tic nervioso le empezó a saltar en el ojo derecho. **Manchas rojas de furia le brotaron en la cara.**

Y entonces, con la misma voz calmada y condescendiente que ella usó la noche anterior, le dije:

—*"Es que no sabes conectar con mis necesidades *financieras* como hombre"*.

**Silencio.**

El aire se volvió pesado. La cajera nos miró incómoda. La gente alrededor sintió el peligro.

Y entonces… **Sofía explotó.**

—*"¡¿QUÉ MI**DA ACABAS DE DECIR?!"* —gritó, con una voz que hizo temblar los maniquíes.

—*"Lo mismo que tú anoche"* —respondí, imperturbable.

Se le salieron las lágrimas, la nariz le goteó, empezó a hiperventilar. Intentó hablar, pero solo salían sonidos guturales, como si un demonio estuviera poseyéndola. **La rabia la consumía.**

—*"¡ERES UN MA***TO! ¡UN EGOÍSTA! ¡UN… UN…!"* —balbuceó, antes de lanzar un zapato hacia mi cabeza.

Lo esquivé con elegancia. El zapato (de 300 dólares) voló directo a la cara de un pobre vendedor de perfumes.

**El caos estaba servido.**

Sofía empezó a arrojar toda la ropa al suelo, gritando como una poses. Los guardias de seguridad se acercaron, pero ni ellos se atrevieron a tocarla. **Era el fin.**

Finalmente, exhausta, se derrumbó en el piso, sollozando.

Yo, con una sonrisa fría, me acerqué y le dije al oído:

—*"La próxima vez que me digas *'ahorita no'*, recuerda esta escena"*.

Y me fui, dejándola ahí, entre montañas de ropa y miradas de horror.

**Moraleja:** Si juegas con fuego, te quemo el alma.

**FIN.** 🔥

Pitrincha tiene una frase que se ha vuelto su lema: ‘Me caí, me sacudí, y seguí caminando’. No es que no haya sufrido, e...
20/05/2025

Pitrincha tiene una frase que se ha vuelto su lema: ‘Me caí, me sacudí, y seguí caminando’. No es que no haya sufrido, es que eligió no quedarse estancada. Y Firufina, su mejor amiga, siempre le recuerda que la vida no es para perfeccionistas, es para valientes. Para quienes se atreven a intentar, a soñar, a fallar… y volver a intentar. Porque la superación no es llegar a la cima, es no rendirse cuando todo te empuja a bajar.

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