16/02/2025
Jesús dice:
Mis ojos están fijos en ti, no esquives mi mirada, sé que tienes muchas cosas para contarme, pero no encuentras palabras; palabras que, según tú, lleguen a mi Divino
Corazón. Sabes que lo sé todo. Sé lo que deseas pedirme, pero no sabes cómo hacerlo.
Conozco tu inutilidad, tu impotencia pero no te
preocupes que he venido a ti para ayudarte, para sostenerte, porque te amo.
Sé de tu tristeza, tristeza que ha robado la alegría de tu corazón.
Sé de tus vacíos, vacíos que, aún, no has llenado porque no te has acercado a Mí.
Sé de las heridas de tu corazón, corazón golpeado, maltratado.
Sé de las personas que necesitas perdonar, perdonar porque te han utilizado, porque han abusado de la bondad que hay en ti.
Sé de tus miedos, miedos a la soledad, miedo a la pérdida del ser que más amas, del ser que más te ha acompañado en tu vida, del ser que más te ha ayudado, porque conoce de tus problemas, de tu situación.
Sé de tus enfermedades, enfermedades que, aún, no han sido sanadas, pero estoy aquí para que recobres la salud.
Sé de tus problemas económicos, problemas que te hacen llorar, desesperar. Yo soy la abundancia, la riqueza en la estrechez. Te daré amplitud.
Sé de tus luchas, luchas por dejar ese pecado que te oprime, que te esclaviza, que te aleja de Mí. Abandónate en los brazos de mi Padre, porque abandonándote en Él, te abandonas en Mí. Quien me ve, ve a mi Padre.
En tu desolación abandónate en Mí, que te daré alegría. En tus fracasos abandónate en Mí, que te descubriré secretos para que obtengáis éxitos. En tu dolor abandónate en Mí, que lo mitigaré con la medicina de mi amor. En tus miedos abandónate en Mí, que te protegeré,
guardándote en mi Divino Corazón. En tu cansancio abandónate en Mí, que daré reposo a tu espíritu fatigado. En tus proyectos abandónate en Mí, que te descubriré designios de mi Divina Voluntad.
En tus faltas de perdón abandónate en Mí, que verteré de los ventrículos de mi Divino corazón, óleo de sanación que te abrirá al perdón.
En tu soledad abandónate en Mí, que seré compañero en tu peregrinar. En tu enfermedad abandónate en Mí, soy el médico Divino que te sanará, aun, si no existiese cura para tu
mal. En tus penurias y escasez de pan abandónate en Mí, que así como las aves del cielo, no siegan ni trabajan y Yo las alimento, te alimentaré a ti que eres creado a mi imagen y
semejanza.
( En Las Fuentes de mi Divino Corazón lll 📘)