
05/05/2025
A veces, lo mejor que una persona puede hacer es desconectarse del ruido, del afán y de las exigencias diarias, y simplemente caminar, respirar profundo y dejarse abrazar por la naturaleza. En medio de la montaña, con barro en las botas y brisa en el rostro, se pueden recordar verdades importantes: no siempre hay que tenerlo todo resuelto para sentir paz.
Basta con estar presente, con dar un paso a la vez, aunque el camino esté inclinado o la niebla no deje ver con claridad. No se trata de llegar rápido, sino de disfrutar el proceso, de agradecer lo que se siente y de soltar lo que ya no se quiere cargar.
Los paisajes como este hablan de calma, de fuerza y de renovación, recuerdan que sí es posible avanzar, que incluso en medio del Cansancio se puede encontrar alegría, y que la verdadera belleza no siempre está en lo perfecto, sino en lo real.
A veces, lo más valioso es eso: caminar con el alma más libre, más liviana… y simplemente estar.